sábado, 4 de marzo de 2023

Interesante

El hacha de piedra ASTRONOMÍA

 ¿Si pudiéramos contener miles de millones de años en uno solo, dónde estaríamos ahora? Los numerosos planetas que giran alrededor de las estrellas que componen La Vía Láctea nos ayudan, no solo a pensar en el futuro, sino también a pensar en el pasado sin olvidar que nuestro presente es una cuestión de tiempo.
 El calendario cósmico que popularizó Carl Sagan en 'Cosmos: un viaje personal' (1980) representa los más de 13.000 millones de años en un solo calendario que equivale a un año en la Tierra. . FOX/NATIONAL GEOGRAPHIC MONTERO GLEZ 02 feb 2023 - 13:49Actualizado:16 FEB 2023 - 14:47 CET Ahora, que acabamos de estrenar año, se presenta una buena ocasión para reducir la extensión del tiempo universal (miles de millones de años) a un año natural.
 Eso mismo es lo que nos propone el profesor de astronomía Jon Willis en su libro Todos estos mundos son vuestros (Alpha Decay) cuando identifica el calendario cósmico con el almanaque recién estrenado. De esta manera, podemos tomar el tiempo como un juego, como un pasatiempo —nunca mejor dicho—, y hacernos a la idea de lo que sigue tras la última campanada del año, pues, de inmediato, ocurre el Big Bang, y con la gran explosión y la última uva llega el “arrebato cósmico” de las partículas fundamentales; átomos que van a ser el ingrediente fundamental de la sopa primigenia de donde venimos.
 Pero no nos adelantemos, porque primero la sopa ha de enfriarse y eso ocurre en las primeras horas del nuevo año, a medida que el universo empieza a expandirse y la materia atómica forma las primeras moléculas que dan lugar a las nubes de gas
. Con ello, nacen las estrellas al final de la primera semana del mes de enero, que se corresponderían con cientos de millones de años después del Big Bang. La Vía Láctea se empezó a formar más de dos meses después, con la primavera. Y la edad del mundo y su dimensión temporal se completaría en agosto con la formación de los planetas alrededor de su estrella reina.
 Si seguimos arrancando hojas al almanaque nos encontramos con el mes de noviembre, cuando las células van haciéndose cada vez más complejas, originándose los primeros organismos multicelulares. A mediados de diciembre, el día 16, tenemos la fecha que se correspondería con el momento en que ocurrió lo que se conoce como explosión cámbrica, el Bing Bang biológico que vino a diversificar los organismos multicelulares debido a la oxigenación del agua. Esto ocurrió hace unos 540 millones de años.
 Los miles de millones de planetas que giran alrededor de las estrellas que componen La Vía Láctea nos ayudan, no solo a elucubrar sobre el futuro sino también a reflexionar el pasado, sin olvidar que nuestro presente es tan solo una cuestión de tiempo que se proyecta en el almanaque cósmico del universo.
 Los dinosaurios aparecieron en Nochebuena. Y coincidiendo con el día de Navidad vieron la luz nuestros primeros antepasados. Llegando el 31 de diciembre, casi un año después del Big Bang, a las diez y cuarto de la mañana aparecieron los primeros simios que caminaban a cuatro patas y cuya postura erguida la consiguieron 12 horas más tarde.
 Alrededor de 15 segundos antes de las campanadas de fin de año aprendimos a escribir y con ello a interpretar el cielo, y a pensar que tras cada persona que habita la Tierra hay treinta fantasmas y un mundo para cada uno de ellos donde podrían quedarse a vivir para siempre.
 Con esto, los miles de millones de planetas que giran alrededor de las estrellas que componen La Vía Láctea nos ayudan, no solo a elucubrar sobre el futuro, sino también a reflexionar el pasado sin olvidar que nuestro presente es tan solo una cuestión de tiempo que se proyecta en el almanaque cósmico del universo.
 La gran distancia que nos separa desde el principio de los tiempos hasta hoy, se puede contener en un año, tal y como hemos aprendido con Jon Willis en este libro de comprensión sencilla que es todo un viaje a través del espacio en busca de una segunda Tierra, de un lugar donde se localicen formas de vida parecidas o iguales a las nuestras. Hay libros que son un juguete y este es uno de ellos.

Cuando la Humanidad se dé cuenta de que los extraterrestres existen, ¿Qué pasará?

Sobrevivirá el pensamiento religioso al descubrimiento de vida extraterrestre?
-"Por supuesto", asegura el astrofísico Dr.  Israelian. 
" Claro está, tendrán sus problemas para encajar todo eso en el relato de Cristo, pero algo se les ocurrirá para modernizar la Biblia porque son muy buenos adaptándose".


Batalla entre ovnis (grabado alemán)

 La afirmación de Israelian trae a colación el hecho, también científica y empirícamente probado, de que la Ciencia no ha conseguido jamás socavar la irracionalidad del grueso de los humanos, especialmente impermeables a la razón y por el contrario soberbiamente predispuestos a hacer suya cualquier forma de hechicería o pensamiento mágico.
Se ha hecho una encuesta sobre este tema, y ha dado que los que peor se adaptarán a la existencia de vida en otros planetas serán los cristianos, sobre todo los baptistas (?) y los que mejor, hinduístas y budistas, porque estas religiones también creen que la vida existe en todo el Universo. (Que por lo visto tiene 14.000 millones de años.)
Todo esto no me lo he inventado yo, que quede claro.
Imaginemos que un día aterriza una nave espacial extraterrestre en la plaza mayor de Salamanca. Dejando a un lado la sorpresa, ¿resistirían las religiones de la Tierra el contacto? La cuestión de fondo es, como dice el historiador jefe de la NASA Steven Dick, responder a la siguiente pregunta: ¿resistirían las religiones de la Tierra el contacto con seres extraterrestres? Este es un punto fundamental. Descubrir seres inteligentes hace que se exacerbe el principio copernicano (popularizado por Carl Sagan con el nombre de principio de mediocridad), que dice que no hay ningún privilegio cósmico sobre la ubicación de la Tierra en el Cosmos ni tampoco lo hay para sus habitantes. Descubrir otras civilizaciones significaría “un nuevo nivel de duda angustiante respecto a la importancia de los seres humanos en el esquema cósmico de las cosas”, dice el físico teórico James Gardner. Para la astrónoma Jill Tarter, directora del Center for SETI Research del SETI Institute, dedicado a la búsqueda en ondas de radio de emisiones de civilizaciones extrasolares, piensa que es un sinsentido preguntarse que su descubrimiento vaya a afectar a la fe en Dios. “¿Si ambos existen, y Dios es responsable de ellos, cómo puede ser que su existencia socave la posición de Dios?” Ahora bien, continúa esta radioastrónoma, el contacto sí supondría un efecto devastador para las religiones actuales del mundo, pero no para el futuro en la Tierra de la religión en sí. Incluso ha especulado que el mensaje que recibiéramos de ET podría tener el efecto, intencionado o no, de evangelizarnos y convertirnos a una nueva fe cósmica. ¿Cómo? El historiador de la ciencia y notorio escéptico Michael Shermer lo expresó con ironía en el número de enero de 2002 de Scientific American en lo que llamó la Última Ley Shermer: “Cualquier inteligencia extraterrestre suficientemente avanzada es indistinguible de Dios”. De hecho, en el siglo XX han nacido diversos movimientos religiosos cuyo motivo de adoración son seres extraterrestres. En este sentido abunda Jill Tarter: “Ante una organización social que puede demostrarse que es estable y una comprensión de la naturaleza del Universo superior, será difícil para la humanidad resistir el atractivo de su religión y su Dios(es)”. Quizá, señala Tarter, la duda no apareciera en la generación del contacto, sino en las posteriores, pues no olvidemos que, históricamente, las civilizaciones más poderosas han impuesto, de un modo u otro, sus creencias a las demás. ******************* Esto de arriba lo he cogido de Internet, pero lo pongo aquí porque me parece interesante.