Es pasar una muy mala noche. Esto viene de la terrible noche del 806, en la cual el Walí de Toledo Amrus al-Lleiridi reunió en su palacio, con el pretexto de un banquete, a 700 muladíes toledanos, sospechosos de rebeldía contra el Califa de Córdoba, su señor; los mandó acuchillar a medianoche, arrojó sus cadáveres a un foso y expuso sus cabezas para escarmiento de la situación. La gente de la ciudad ya sospechaba algo, pues tanto degüello hacía aparecer sobre las murallas una especie de humo o bruma, por tanta sangre derramada. Una noche toledana, vaya.
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