lunes, 8 de septiembre de 2008
El duque de Lujo está triste
Porque ahora, al separarse, se le acabarán muchos chollos. Vivía a todo tren, tenía sus aventurillas en Paris, mientras la pobre infanta se quedaba en Madrid con los nenes, gastaba el tío lo más caro, visones, trajes carísimos, se codeaba con los VIPS de Paris y se lo pasaba bomba. El ser el yerno de... le daba "derecho" a ser consejero de muchos sitios y empresas de lujo, pero no aconsejaba nada, solo cobraba. LVMH, la mayor unión de firmas de lujo, como Dior, Vuitton y muchas otras, no es muy seguro que tengan a un Don Nadie, (cuando esté divorciado) chupando de sus ubres, y vacila su representación en Loewe. Por eso el duque está triste. Tanto como él se esforzó en convertir a la cateta de su mujer, que parecía una aldeana de zarzuela, en mujer elegante y amante también del lujo (y lo hizo bastante bien), pues así se lo pagan. Qué dura puede ser a veces la vida.Respecto a Elena, para consolarla, su padre le ha dado el chollo de ser no sé qué alto cargo en los Seguros Mapfre. Así no irá tan justa de dinero para amueblar su nuevo pisito en la calle del Niño Jesús.
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