jueves, 16 de octubre de 2008

ESCRIBIR

A mí nunca me ha dado pereza escribir. Cuando en el colegio la profe de literatura decía: "Hoy, redacción", todas las otras niñas se ponían a protestar y ayear. En cambio, yo me ponía contentísima, como en el recreo. Porque para mí, inventar historias nunca ha sido un problema, nunca he conocido eso que dicen los escritores de "la angustia de la página en blanco". Yo si tengo una página en blanco delante, lo que me dan ganas es de ennegrecerla, de escribir allí sobre lo divino y humano. Yo veía a las otras niñas, revolviéndose en las sillas, mordiendo lápices, y al cabo de una hora, o no habían escrito nada, o presentaban el folio mediado. En cambio, para mí un folio no me costaba nada, y pedía más papel, más, mas...Y cuando paraba la hora yo seguia escribiendo, y me tenían que arrrancar el papel de las manos, porque estaba ya tan entusiasmada y se me iban ocurriendo cosas, y más cosas, que aquello no podía ser. Las otras me miraban de reojo y me mandaban miradas de odio. Ja, ja...Es uno de los pocos recuerdos buenos que tengo de Las Teresianas. Siempre tenía un 10 en literatura, pues la asignatura también me gustaba mucho.Las profesoras le decían a mi madre que yo no me integraba con las demás, pero ¿cómo integrarme si para mí, salvo excepciones, todas eran unas estúpidas y beatas?. Podría seguir escribiendo pero no lo hago porque ahora tengo otras cosas que hacer, y me enrollo como una persiana.

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