Así como otras cúpulas renacentistas, como entre muchas, las de Florencia y Roma, han resistido el paso de los siglos, la de Barceló no sé si lo va a conseguir. A mí me estremece el pensar en que una de esas estalactitas gigantes y coloreadas se desprenda y atraviese a alguien convirtiéndole en espetón o a modo de pincho moruno. Parece que ya ha habido desprendimientos, de poca monta, pero no sé si durará 6 siglos como sus compañeras italianas, por poner un ejemplo.
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