El otro día leí en un periódico palmesano que en Mallorca está decayendo la industria de la alcaparra, porque ésta era ya desconocida para mucha gente joven, y también había muchos otros, sobre todo extranjeros, a quienes no gustaba nada por su sabor. Pues a mí sí me gustan las alcaparras en vinagre; desde luego, tienen un sabor fuerte, agrio, pero como me gusta mucho el vinagre, me encanta ponerlas en las ensalas a simplemente comérmelas tal cual, aunque me hagan guiñar un poco un ojo. ¡Qué le voy a hacer, si me gustan las alcaparras!. Probadlas sin prejuicios, y a lo mejor os hacéis fans de ese frutito verde oscuro, que no pretende engañar a nadie. A mí fué mi padre, que era sevillano, quien de pequeña me aficionó. Cada vez veo menos en los restaurantes. Hay que buscarlas con lupa en los supermercados. ¡VIVA LA ALCAPARRA!
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