Conferencia de Julio Anguita en Palma de Mallorca

Ayer a las 20,00 h. en el salón de actos del Hotel Meliá-Victoria, tuvo lugar una interesante conferencia de ex-Secretario General de Izquierda Unida, Julio Anguita. Resultó amena, porque se nota que Anguita ha sido maestro de escuela y dice las cosas con claridad y sencillez. Hizo un resumen de la historia de España en los ultimos 3 siglos. Protestó que hay en este país muchos monumentos a los reyes godos, por ejemplo, y ni uno solo a los califas de Córdoba, algunos tan renombrados como Abderrahman III, y que fueron tan reyes y de más territorios que los reyes cristianos. En la Historia de España hay un vacío, pues se elude hablar de la historia de Al-Andalus, que fué tan española como la otra.Se manifestó no nacionalista, cosa obvia en un comunista. Se refirió a la siempre avanzada Cataluña, que en los siglos XVIII y XIX ya hubo un movimiento obrero, pero burgués, cosa de la que solo son capaces los catalanes. Criticó al rey, diciendo que la Constitución tiene muchas contradicciones, entre ellas la que dice que todos los españoles son iguales ante la ley, cosa que no es cierta, pues el rey no es igual. El es inviolable y no se le puede achacar ningún delito. Se manifesto a favor de la austeridad, diciendo que es la única cosa que puede hacer factible el cambio. Desde luego, Anguita cuando fué alcalde de Córdoba fué modélico, no tanto cuando pasó a ser Secretario Gral. de I.U. Al menos esta es mi opinión, y no me refiero a que hiciera cosas deshonestas, ni mucho menos.Abogó por un régimen federal republicano basado en los derechos humanos. Denostó a la ley electoral D´Hopnt, diciendo que no es democrática, pues favorece a los partidos mayoritarios. Partidario de la autodeterminación, y que dejen opinar a los separatistas. Dijo que no estaba en contra de ETA por su ideario, sino por sus crímenes. Terminó diciendo que la nueva España tiene que tener contenidos sociales o si no no existía para él. Y acabó manifestando una cosa con la que todos estuvieron de acuerdo, y que es la que menos se cumple: Que lo más sagrado es el dinero público.