miércoles, 11 de marzo de 2009

Islandeses y noruegos, un poco chavetillas



Hace un año estuve haciendo un viaje en barco por Noruega e Islandia, y me dí cuenta de que eran muy diferentes a los otros europeos que conocía yo. Los países de Europa que no están tan al norte están cargados de historia, y tienen monumentos que hablan de ella. A mí esto me gusta mucho. Y también paisajes preciosos. Pero en Noruega e Islandia no se vé este poso cultural, y es algo que noté enseguida. Son países de paisajes, y como tales hay que tomarlos. No se encuentra más que paisaje, o casi, y se ve que han sido siempre tierras muy apartadas y temidas, pobladas por gente belicosa. Conservan, dentro de su hipercivilización, un poso de primitivismo que me asombró. Son encantadores, bien educados y serios, cosa en la que los latinos dejamos mucho que desear, pero tienen extrañas creencias, que yo me pensaba que ya solo era puro folklore, pero no. Creen el los espíritus del bosque (muchos gallegos también, porque son celtas), en los trolls sobre todo, que son su totem nacional. Ves figuras de esta especie de pitufos feísimos por todas partes, delante de las tiendas, en los bien cuidados jardines, y no sólo tienen a estos seres en efigie, sino que creen en ellos. Porque si no, ¿cómo se explica que en Islandia hayan construído una carretera que tenía que ser una línea recta, pero que si era así pasaba por una colina que "pertenecía a los trolls", y como no se les puede molestar, hayan hecho un bucle que la rodea para no tener que molestarlos, ni sobre todo, horadar la montaña?. Esto me fué difícil de creer, pero es verdad. No se me enfaden si algun islandés o noruego me lee, pero es la verdad. En cambio los pueblos mediterráneos somos cínicos, incrédulos y sinvergüenzas, y esto desde siempre. Yo tengo dos gatas (anda, sonreid después de leer esto), que la una es de una raza de gatos monteses del bosque de Noruega (se llaman así) , y otra una mil leches, latina hasta la punta de sus uñitas. Pues son un buen ejemplo de lo que digo. La hiperbórea es sencillota, patosa y franca.No desconfía de los humanos, porque nunca ha tenido enemigos. La latina es encantadora, mimosa, pero lleva en sus genes toda la pillería mediterránea, desde los egipcios, y es desconfiada porque "sabe" que los humanos pueden ser muy crueles con los de su especie. En ellas queda patente la diferencia entre los latinos y los escandinavos. No quiero decir que éstos sean tontos, pero han conservado, a pesar de que los vikingos eran unos pedazos de bestia, la ingenuidad natural de los pueblos sin historia.

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