miércoles, 24 de junio de 2009

Esta soy yo


en el estupendo hotel de Venecia, que tenía un rancio sabor decimonónico, y una cabecera de cama con angelitos para velar el sueño de los huéspedes.En Venecia ya había estado, pero cada vez encuentro cosas diferentes.No cansa, como los helados y el buen vino.

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