En el viaje que hicimos el mes pasado mi santo y yo recalamos en Bari. Yo, la verdad, no sabía casi nada de esta ciudad, aparte de que estaba en la costa este de Italia, en el Adriático y apartada de las rutas manidas del turismo.Y que era la patria chica del cantante Nicola di Bari. Y lo que encontré fue una ciudad preciosa. Anclada en los años 50, eso sí, pero le daba más encanto. Esto se notaba en el poco tránsito rodado, en los escaparates anticuados de sus tiendas, etc. Pero es una ciudad cargada de historia, como me gustan a mí.Es la capital de la región de la Apulia, o Puglia.Es la segunda ciudad en importancia en la Italia meridional, después de Nápoles.Tiene una población de unos 365.000 habitantes. La región es plana como la palma de la mano. Fué fundada por los peucecios (¡!) y floreció en tiempo de los romanos por estar situada estupendamente para el comercio con Oriente. Durante la Edad Media lucharon por ella lombardos, bizantinos y sarracenos. En el s. IX lo conquistaron por fin los musulmanes, y establecieron en ella un emirato. Luego la reconquistaron los bizantinos. El monumento más importante es la Catedral de San Nicolás,del s.XII.Por eso hay tantos Nicola allí, como el cantante.En la catedral está el sepulcro y una imagen del santo, muy repintada, y la gente tira billetes en una urna que se ve desde dentro de la iglesia, que cada día es vaciada por quien sea que se ocupe de este menester.También tiene la catedral de San Nicolás un tesoro digno de ser visitado. A mí me dejó boquiabierta una cruz de oro, brillantes y esmeraldas regalo del Archimandrita Nosécuantospopulos al Obispo de Bari.Y muchas cosas más. Hay muchos otros monumentos, todos muy bien conservados, pero si me enrollo no terminaremos nunca.
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