viernes, 28 de agosto de 2009
Entre la admiración y la compasión
Es lo que me produce la vista de la Duquesa de Alba. Tiene más moral que El Alcoyano. Esta morirá al pie del cañón. Me parece que, si llego a su edad, me gustaría estar en las condiciones fisicas y morales en que se encuentra ella. Y sin embargo, como persona, nunca me ha gustado nada. Me parece despótica y con una ausencia total de sensibilidad social. Pero los nobles y los ricos son así. Yo recuerdo cuando era pequeña, que las malas lengiuas decían que no era hija de su padre, sino de un torero medio indio que se llamaba Gaona. La verdad es que se parece muchísimo, y ella siempre ha tenido cara de india. Su madre también se cepillaba a todo torero que le agradaba. Esto por lo visto pasa de madres a hijas, pues Eugenia ha seguido los pasos de sus antecesoras. También se decía que todos los hijos de la Duquesa no eran del mismo padre, pues la verdad es que no se parecen entre sí en nada...(como pasa con los últimos hijos de la hija de Franco)pero todo esto es irrelevante, y agua pasada no mueve molino. Que le vaya bien a la señora duquesa, que con dineros los achaques de la vejez son menos. Otro gallo le cantaría si fuera mileurista a su edad...
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