Esta expresión viene del ejército romano. En la milicia romana estaban los soldados llamados los "pilati" o "velites", armados a la ligera, y eran los del ínfimo pueblo y los bisoños, que iban en primera fila. Carne de cañón, por decirlo de alguna manera, vaya. En la segunda iban los "bastati" o piqueros, y eran más valientes y meritorios que los primeros; claro, como que se exponían menos, ya podían. Y en la tercera fila iban los "triarios" y eran los más valientes, los veteranos, y sostenían a las dos primeras filas. De aquí vino el dicho de cuando se echaba el último esfuerzo: A la tercera va la vencida.
Una monada.
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