Un hombre va conduciendo por la carretera cuando de pronto ve que en dirección contraria viene una mujer conduciendo su auto como loca y que al acercarse, baja el vidrio y le grita:
¡PUEEEEEEEEEERCOOOOOOOOOO!
El hombre que obviamente no se pudo quedar callado, baja su vidrio y le grita:
¡MUUUUUUUUUULAAAAAAAA!
En eso, al doblar la curva, ¡pum! se estrella con un gran puerco que estaba en medio de la carretera.
Moraleja de la historia:
Los hombres nunca logran comprender lo que las mujeres tratan de decirles.
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Un heladero que estaba cansado de darle a la bicicleta, se para en una esquina y en ese momento llega un tipo en un auto deportivo. El heladero le dice:
Señor, ¿Me podría dar un aventón por favor?
El tipo del auto le dice:
Bueno, pero amarra el carrito de helados con una cuerda a la parte de atrás del carro.
El heladero le dice:
Cuando yo le toque una corneta es para que frene, y cuando le toque dos cornetas es para que pare.
El tipo del auto dice:
OK, muy bien.
Van por la avenida y el del auto le dio rápido, el heladero le tocó una corneta y él bajó la velocidad. Todo iba bien hasta que al parar en una esquina, otro auto se le para al lado y le hace señas para hacer una competencia. Los dos autos arrancaron a toda velocidad, cuando iban a 200 Km/hora, pasaron una alcabala, un guardia dice a otro:
¿Viste esos carros lo rápido que iban?
El otro dice:
Eso no es nada, no viste el carrito de helados que le estaba tocando corneta para pasárselos.
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Se encuentra un señor parado a la orilla de la carretera en la noche pidiendo ayuda y estaba cayendo una tremenda tormenta, pero nadie se paraba, cuando de repente volteó y vio que para la curva venía un carro, y que se para. El señor sin dudarlo más se sube al carro y cierra la puerta, cuando de repente voltea y se da cuenta que nadie va manejando el carro, voltea hacia la carretera y ve que adelante había una curva y el señor empieza a rezar. Cuando al llegar a la curva se abre la puerta del chofer, entra una mano y mueve el volante en la curva, y así le sucede repetidas veces hasta que el señor no aguanta y se baja del carro y se va corriendo hasta el pueblo más cercano, entra a la cantina y a todos les empieza a contar lo que le sucedió. Como a la media hora llegan dos tipos todos mojados y le dice uno al otro:
Mira Juan, allá está el tipo que se subió al carro cuando lo veníamos empujando.
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Estaba un señor tirado en media calle diciendo: CR345, CR345, CR345...
Cuando llega otro y dice:
Pobrecito, este señor está loco, mejor me pongo junto con él para que no piensen mal de él.
Y se pone a decir XP041, XP041...
En eso el primero dice:
¡Desgraciado, me hizo perder la matrícula del que me atropelló!
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