viernes, 25 de septiembre de 2009
El dinero debajo de la cama
Cuando yo era mozuela mi madre tenía una amiga muy beata, que tenía un marido estafador. Tanto y tan bien timaba, que era riquísimo. Como la amiga de mi madre era boba, contaba, y creo que era verdad, que su marido el timador guardaba el dinero no en el banco, sino en una maleta debajo de la cama, y que cuando uno de los dos necesitaba pasta, metía la mano y sacaba un puñado de billetes. A mí esto me daba una envidia tremenda, y eso que no soy envidiosa, pero la idea de dormir teniendo debajo unos cuantos millonnes de pelas me parecía una maravilla, y la mar de excitante. Que viese un jerseycito en el Corte Inglés, ale, a arrodillarse en la alfombrilla, meter la mano en la maleta maravillosa y sacar un fajo de billetes.Que veía una pulsera que me gustaba pero era muy cara, pues tres cuartos de lo mismo. Esta señora era además creyente en los milagros y decía que cuando iba con el coche y buscaba aparcamiento, siempre lo encontraba encomendándose a las ánimas del Purgatorio, y que nunca le fallaban. Siempre encontraba el hueco deseado. Además hacía unas tartas de chocolate sensacionales, y nos las traía dia sí y día también. Yo a esta señora, a pesar de que se empeñaba en que me suscribiera a no sé que revista piadosa, y yo me resistía, siempre la admiré, por las tartas pero sobre todo por esa maleta sensacional que tenía debajo de la cama, y que para mí era el summum de la riqueza. Materialista que una es en el fondo... ay.
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