Las semillas son muy pequeñas. Para sembrarlas lo mejor es usar tierra buena, oscura, de castaño a poder ser, y regarla. Luego, echar encima las semillas, y con la mano plana, remover un poco la tierra para que las minisemillas queden en su mayoría ocultas. Porque si se echa tierra encima, al ser tan chicas, quedarán ahogadas y no podrán asomar la cabeza, las pobres. Si la siembra de hace en macetas, hay que dejar que broten a la sombra y sin dejar que se seque la tierra, pues entonces la siembra se irá a la porra. Tampoco hay que ahogarlas echándoles mucha agua, sino un término medio. Al cabo de unos cuantos días (hay que tener paciencia) se verán salir los "brotecitos verdes" (que estos sí se ven). Hay que dejarlas crecer. Cuando ya son grandes como de un cm.mas o menos, hay que eliminar las que se vean más débiles. Así las más fuertes tendrán más espacio para crecer (la Naturaleza es fascista con ganas).. Cuando están bastante crecidas, se pueden quitar con cuidado algunas y repicarlas (trasplantarlas) a otro sitio procurando que la raíz lleve algo de tierra, cuanto más mejor. Hay que ponerlas a pasar el invierno en un sitio con luz pero que no les caigan encima las heladas. Lo mejor es un sitio con tejado o similar.No tienen que estar muy juntas. El sol de invierno conviene que les dé. En primavera,o antes, si queda alguna viva (no es fácil para principiantes, pero tampoco imposible; hay que usar solo el sentido común), entonces se empiezan a abonar, y florecerán preciosas.
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