sábado, 31 de octubre de 2009
Las ballenas
Son unas románticas. La seducción se hace cantando. Es cierto que los machos camelan a las hembras con sus célebres cantos, como si de una serenata se tratase. Las ondas sonoras atraen a las hembras que buscan pareja. Si una hembra tiene varios pretendientes, tarda en decidirse, y mientras éstos van entonando cada uno su canción, hacen cabriolas en el agua camo si de pececillos se tratase e intentan atraerla por todos los medios. A veces se enzarzan en tremendas peleas. Cuando ya ha elegido a su pareja, la hembra puede acoplarse en dos posiciones: Vientre contra vientre, o de lado. El acto dura poco, pero es frecuente mientras la ballena (ella, claro) es fértil. El macho casi siempre acompaña a la hembra durante la gestación, que puede durar entr 10 y 15 meses, según la especie.
Estos grandes romanticos no se parecen en nada a los bonobos y demás monos, desde luego.
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