miércoles, 4 de noviembre de 2009

La vida no es un largo río tranquilo...



Hace muchos años, cuando yo era joven, había una película con este título. ¡Valiente idiotez!- pensaba yo cada vez que lo veia. No sé quien habrá sido el cretino que haya puesto un titulo así. La vida es cualquier cosa menos eso. Al menos la mía. Que ha sido –y me parece que seguirá siendo, a pesar de mis esfuerzos- un río alborotado de alta montaña, de esos llenos de peñascos en los que se quiebran las canoas y hace mucho ruído. Hay vidas que quizás sí lo sean. Yo tengo una amiga que ha tenido una existencia así. Ella misma me decía que prefería ver la vida como espectadora, y yo le contesté que yo no, que prefería saltar al ruedo y actuar, aunque recibiera cornadas. Y es lo que siempre he hecho. Me lo he pasado muy bien y muy mal. Pero cuando me lo pasaba bien disfrutaba más que nadie, y cuando mal, estaba en el mismísimo infierno. Nunca he sido persona de medias tintas ni de centros. Y es que me ha pasado de todo. De pequeña siempre estaba enferma. Y de mayor, que siempre he tenido cosas. Mi infancia fue desastrosa, nunca fui una niña feliz. Porque era una niña que pensaba y leía y esto es muy peligroso para la tranquilidad de espíritu y molesta a los tiranos. Luego mi juventud fue apasionada y alocada, lo pasé muy mal muchas veces y estupendamente algunas pocas. Me casé y fui profundamente feliz y profundamente desgraciada. He tenido muchos amores desastrosos y tremendos. Me han pasado todo tipo de aventuras. He viajado por todo el mundo. Me he metido en líos muy diversos. He cambiado de religión, he hablado con Dios y El se ha dignado contestarme, me he metido en política y me han odiado por eso, y también he hecho encendidos discursos y he visto como la gente lloraba con mis palabras. Nunca he sido una líder porque no sé como se llega a serlo, y además casi todo lo que he hecho lo he hecho gratis.No soy diplomática, y para dedicarse a la politica hay que serlo. Yo soy más de Garibaldi que de Cavour. Se me hubiera dado mejor ir a poner bombas que dirigir un Ministerio.
Tengo el don de la palabra escrita. Nunca he tenido el famoso terror a la página en blanco. A mí me dan ganas de ponerme enseguida a ennegrecerla. Nunca seré rica porque no he nacido para eso. Solo me arrepiento de lo que no he hecho, y de lo que he hecho, de tan pocas cosas que se podrían contar con los dedos de una mano.
No es que me quiera comparar con San Pablo, que siempre me ha caído fatal, pero ahora mientras escribo me acuerdo de él, que en una de sus epístolas dice que ha viajado por mar y por ríos, que ha naufragado tropecientas veces, que le han atacado los ladrones, que ha pasado peligros en todas partes… Y es que los que estamos un poco locos somos así. Nos encanta como somos, y estamos encantados de habernos conocido. La modestia no es mi fuerte, lo siento. Bueno, la verdad es que no lo siento nada.. Lo que más odio en el mundo es la estupidez y la crueldad. Lo que más admiro, el valor y la bondad.
Como decía Kipling, yo. soy el gato que va solo, meneando su cola salvaje y sin más compañia que su salvaje presencia.
Solo espero que, al morir, encuentre en un sitio mejor que este valle de lágrimas a mis seres queridos, y poder contemplar por los siglos de los siglos el rostro de mi Creador.

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