viernes, 20 de noviembre de 2009
Navidades tropicales
En Palma, a estas alturas, hace un calor de miedo.Las playas llenas, el agua del mar calentita. No sabe una qué ponerse, pues de todas formas se llega a casa sudando como un botijo.(los botijos sudan, esta aclaración para los jovenzuelos que nunca han tenido botijo. El agua no está desagradablemente fría como la de la nevera, ni caliente como en verano, sino de un frescor agradable mejor que con metodos artificiales. Pero para que el agua esté fresca, el botijo tiene que sudar. No me preguntéis por qué ley de la física, porque no sé explicarlo, pero así es).
Pues siguendo con mi disquisición sobre las Navidades tropicales que parece vamos a tener, ya se está llenando Palma con adornitos navideños, que tan poco me gustan. Ayer pasé por la Plaza de Cort, donde está el Ayuntamiento (¿por qué se le llamará así? Sería más decente llamarle Casa Consistorial)y estaban poniendo adornos de crisis, unas bolas de esparto llenas de pinchos, horribles. Será para hacer entender a la población que tenemos que fustigarnos.Cosas veredes.
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