viernes, 25 de diciembre de 2009

El Papa bendiciendo después de besar el suelo


como tanto gustaba a su predecesor, pero este lo hizo sin quererlo. Tal vez lo echaba de menos la señora de rojo atacante, que lo cogió por el cuello y le hizo morder el polvo. Pero debía estar al quite su ángel de la Guarda, y salió sin un chichón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario