domingo, 27 de diciembre de 2009

Los chinos son capaces de comerse a su padre, si es preciso

Como es un pueblo que ha pasado tanta hambre, son capaces de tragarse las mayores gorrinadas. Yo cuando estuve allí metí el diente a una cosa redonda y verde oscuro que sabía a rayos y no sé como alguien es capaz de encontrar rico aquello. Me guardé bien de preguntar qué era. Luego, sin saberlo, comí serpiente frita, creyendo que era pescado, y no sabía mal. Pero a lo que me negué es ir con el resto del grupo a una calle de Pekín, o Beijing, que le llaman ahora, donde están los carniceros, y allí están colgados de ganchos, muertos, perros, gatos, serpientes, cerdos, patos y todo bicho viviente. La gente es muy morbosa y yo fuí la única que se quedó en el autobús,pues me ví incapaz de ver esos horrores. Yo soy tan exagerada en esto, pues soy prácticamente vegetariana, que en España evito en los mercados pasar delante de las carnicerías,pues me desagrada profundamente ver cerditos lechales, conejos, pollos o lo que sea,colgados de esos horribles ganchos. No puedo comerme nada que tenga ojos que me hayan podido mirar. Ya sé que os reiréis de mí, pero alguien como yo, que cree que los animales tienen alma,es consecuente al no poder ver esas cosas. La gente divide a los animales en dos: Los que son comida, como terneras, pollos, corderos,etc. y los que son compañía, empleando esa fea palabra de "mascotas": Gatos, perros, loros, canarios, etc.

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