miércoles, 2 de diciembre de 2009

Los sadicos van a los toros

Cuando yo era niña no me daba cuenta, por vista y conocida, que la fiesta de los toros era una auténtica barbaridad. Por eso me chocó mucho una experiencia que tuve en la plaza de Palma, a la que no van más que turistas. Muchos se levantan cuando ven el primer puyazo, pero un día tenía delante mío a un marine USA, quien, ante mi estupor de niña, cuando el toro ya sangraba mucho, el asqueroso se puso a hacerse una paja.Otra vez, ya mayor y concienciada, en la Oficina de Turismo del Aeropuerto yo ponía unos folletos antitaurinos en los que figuraba una horrible foto de un toro de esos de las fiestas de los pueblos, (que son tan tradicionales que no se pueden tocar)lleno de sangre y sentado en el suelo.La foto era tremenda, y ni se me pasó por la cabeza que aquello pudiera ser confundido con un folleto anunciando una corrida. Pues si. Un día me viene ¡otro marine USA! (que Dios confunda) pidiéndome, con un hilillo de baba cayéndosele de la boca (juro que es cierto) el folleto en la mano y pidiéndome "que dónde podía ir a ver aquello". Me dió tanto asco que le mandé al infierno y retiré los folletos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario