domingo, 7 de marzo de 2010

Elisabeth Badinter, filósofa feminista e historiadora, escribe:

-El feminismo de Simone de Beauvoir, que yo reivindico, no es victimista. Desde un punto de vista filosófico, ese feminismo ha sido el motor de mi reflexión. Yo quisiera que las mujeres, sobre todo las jóvenes, comprendieran que esa victimización puede volverse contra ellas. Contrariamente a lo que se cree, esa actitud introduce una imagen desastrosa de la mujer. En los años 80 pudimos sacar a la luz una ignominia invisible que padecían las mujeres: la violación. Pero después, curiosamente, se produjo una desviación que consistió en querer extender la noción de agresión sexual a comportamientos y actitudes masculinas, que corresponden a otro orden. En 1992, las feministas europeas pidieron a los parlamentos extender la noción de acoso sexual, lo que fue hecho en 2002. Desde entonces, todo puede ser catalogado de acoso: una mirada, un gesto, una palabra... Esto introduce dos imágenes catastróficas en la relación hombre-mujer: por un lado, la de una mujer impotente, incapaz de resistir a los hombres, que recurre a los tribunales, como antes recurría a papá y a mamá. Por el otro, la imagen de un hombre agresivo, dominante y explotador. Es verdad que hay hombres que son execrables, que hay más violencia masculina que femenina, y mujeres que son víctimas de esos hombres. Pero esas mujeres no son el único símbolo de la condición femenina. Y esos hombres violentos y explotadores no son típicos del género masculino.

1 comentario:

  1. Muy bien expuesto, querida amiga. Escribes muy bien... se nota que has leido mucho.

    Te animo a que publiques temas tan interesantes como este, que enriquece a los que te leen

    Un abrazo

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