viernes, 23 de abril de 2010
Inventos: El abrelatas
En 1858, Waterbury, Connecticut. USA
Parece imposible que pasara medio siglo desde el invento de la lata de conservas y del abrelatas.
¿Cómo se las había arreglado la gente durante 50 años para abrir las latas que contenían alimentos?
La lata fué inventada en Inglaterra en 1810 por el comerciante británico Peter Durand, que había firmado con el gobierno un acuerdo para suministrar raciones. Aunque introducido en Norteamérica en 1817 como medio de conservación de alimentos, el bote de hojalata fué virtualmente ignorado hasta 1816, cuando los 23 estados norteños de la Unión guerrearon contra los 11 sureños de la Confederación.La guerra civil norteamericana planteó la necesidad de usar conservas garantizadas para la tropa, y popularizó en los EEUU la lata, tal como lo había hecho la guerra de 1812 en Gran Bretaña.En 1895, los alimentos en envases metálicos se podían encontrar en todos los establecimientos de comestibles.
Sin embargo, a pesar del gran ingenio que demostró Peter Durand al idear los envases de hojalata, olvidó por completo el que era necesario un instrumento para poder abrirlos. En 1812 los soldados ingleses abrían las latas a navajazos o bayonetazos, y si aún se resistían, a tiros. Una lata de carne de ternera que se llevó al Artico en 1824 el explorador británico Sir William Parry, llevaba la siguiente instrucción: "Córtese alrededor de la parte superior con un escoplo y un martillo". De hecho, algunos historiadores de guerra aseguran que la bayoneta , cuyo primer ejemplar fué construído por un herrero de Bayona, no estaba destinada a utilizarse como arma, sino como abrelatas.
Ni siquiera el inglés William Underwood, que aprincipios del s. XIX estableció en Nueva Orleans la primera fábrica de conservas, juzgó necesario producir un instrumento especial para abrir sus envases. Su consejo, seguido por todos en aquellos tiempos, consistía en emplear cualquier herramienta u objeto contundente que se tuviese en casa. A lo bruto, vamos.
Sin embargo, esta omisión no se debía totalmente a un caso de estupidez colectiva en ambos continentes, sino que la realidad era que las primeras latas eran muy gruesas y grandes, a menudo de hierro,y a veces más pesadas que los alimentos que contenían. La lata de carne utilizada por Sir William Parry pesaba, una vez vacía, cerca de medio kilo. Solo cuando se generalizaron unos envases de acero más delgados y con un reborde alrededor de la parte superior, a fines de 1850, el abrelatas tuvo su oportunidad de presentarse en toda su utilidad. El primer abrelatas patentado -que venía a sustituír a los martillos, escoplos y rifles y pistolas- fué inventado en 1858 por el judío Eszra J. Warnes, de Waterbury, Connecticut. Era un aparato voluminoso e impresionante. En parte bayoneta y en parte hoz, se introducía su gran hoja curva en el borde de la lata, y, empleando la fuerza, se le hacía deslizar sobre la periferia. Una distracción o un desliz podía causar grandes heridas. Las familias americanas, acostumbradas a sus propios métodos para abrir latas, ignoraron el invento de Warner, al que solo salvó del olvido su adopción por el ejército durante la guerra civil.
El abrelatas, tal como lo utilizamos hoy, -con una rueda cortante que gira alrededor del reborde del envase- fué fruto del inventor USA William W. Lyman, que lo patentó en 1870. Revolucionario en concepto y en diseño, a lo largo de su prolongada historia solo fue sometido a una modificación importante. En 1925, la Star Can Opener Company, de San Francisco, perfeccionó el aparato de Lyman añadiéndole una rueda dentada, llamada "rueda alimentadora", gracias a la cual el envase giraba, por primera vez, en sentido contrario a la rueda. Este principio básico sigue utilizándose y fué la base del primer abrelatas eléctrico, presentado en diciembre de 1931.
Hoy en día cada vez son más innecesarios los abrelatas. Al ser cada vez éstas más delgadas y livianas, basta tirar de la argolla y se abren con toda facilidad, sin instrumentos.
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