domingo, 4 de abril de 2010
Los palillos chinos
Durante la Baja Edad Media, los europeos se encontraron ante una nueva moda: La de cortar comida en la mesa, en trocitos, aptos para procurar un bocado cada uno. Esta costumbre, introducida por los mercaderes que comerciaban con China, fué considerada aburrida e inútilmente refinada.Los europeos del s. XII desconocían el criterio oriental según el cual la comida debe cortarse, pero no en la mesa, sino en la cocina antes de servirse.
Durante siglos, los chinos habían enseñado que era un feo espectáculo, una auténtica barbaridad, servir un asado casi entero, o que al menos recordara al animal original. Además, se consideraba descortés obligar a un invitado a una difícil disección que hubiera podido ser realizada de antemano en la cocina, fuera de la vista. Un viejo proverbio chino explica este proceder: "Nos sentamos a la mesa para comer, no para despedazar carroñas". Esta consideración sirvió para determinar el tamaño de los alimentos, lo cual hizo necesario un determinado tipo de utensilio para comerlos. Los palillos -de madera, hueso o marfil- eran perfectamente adecuados para llevar hasta la boca los alimentos previamente troceados, y la palabra china que designa este utensilio, "Kwai-tze", significa "los rápidos".
En Oriente, el padre de la etiqueta fué Kung-Fu-tsé (Confucio para los europeos)el filósofo del s. V que, a pesar de la errónea creencia popular, ni formuló una religión ni inventó ningún sistema filosófico. Lo que hizo, ante el desorden social de su tiempo, fue sentar principios de conducta correcta, recalcando las buenas relaciones familiares como base de la estabilidad social. El fundamento oriental para todos los buenos modales queda resumido en la máxima de Confucio: "No hagas a los demás lo que no quisieras que te hicieran a tí".
No hay comentarios:
Publicar un comentario