sábado, 19 de junio de 2010

Palabras: LAVABO


Aquellos de mis lectores que hayan ido a misa antes de las últimas reformas litúrgicas católicas -o sea, cuando la misa se celebraba el latín-, recordarán sin duda aquella oración con la que, después del Ofertorio, el sacerdote purificaba los dedos de sus manos bajo un chorrito de agua mientras pronunciaba: "Lavabo inter innocentes manus meas", lo que quiere decir: "Lavaré mis manos entre los inocentes".
La palabra lavabo significó durante un tiempo la toallita con la que el sacerdote se secaba las manos después de la oración.
En épocas en que la higiene estaba poco o nada desarrollada y el hecho de lavarse las manos era algo excepcional, hace comprensible que se identificase la palabra "lavabo" con tal operación higiénica.
De la operación se pasó a significar el sitio en que se realizaba, significado que ha durado hasta nuestros días.
De todos modos, hoy se tiende a designar con este nombre solo al aparato sanitario, mientras que la habitación que lo contiene pasa generalmente a llamarse baño o simplemente se utiliza el plural "los servicios", y a veces la palabra francesa toilette.
Esta es una más de las palabras de origen eclesiástico que han pasado al vocabulario profano.

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