domingo, 4 de julio de 2010

Paternidad leonina


Ya sé que muchos pensarán que estoy un poco chiflada, pero me da igual. Toda mi vida he observado a los animales y sé leer en sus rostros. Se cuando un animal es desgraciado, o está asombrado, o defraudado, por ejemplo. También emiten los mismos sonidos que nosotros en casos como los anteriores. ¡La cantidad de veces que he oído a una de mis gatas soltar una exclamación de sorpresa, o de desdén, por ejemplo!. Con todos los animales sucede igual. La gente no se da cuenta, pero yo sí. Y es que tenemos muchos genes en común.
El león de la foto es el padre del cachorro. Solo en su expresión al verlo se nota. Aunque haga reír este comentario, pone la misma cara que mi padre cuando me miraba a mí. Pone cara de padre. Y es que los animales no son tan diferentes. Por eso me duele cuando les hacen daño, física o moralmente. Porque a un animal también se le humilla, se le desprecia, y sufren por ello.
Esto solo lo puede comprender la gente que los ama. Un animal no te defrauda ni es hipócrita. Si tú le das amor, él te corresponderá. Y si no quiere, te lo hará saber enseguida. No te puteará como lo hacen los humanos.
Pienso que un día, aún muy lejano, los humanos se escandalizarán de la manera cómo hemos tratado los animales.Igual que ahora la gente se escandaliza de que en la antigüedad a los esclavos se les considerase cosas sin alma, con los que se podía hacer lo que se deseaba.

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