jueves, 22 de julio de 2010
¡Y es que no hay derecho!
Cuando veo cosas como el beso de Iker Casillas y Sara Carbonero es que, a la vez que me gusta muchísimo, me pongo verde de envidia. Cuando yo tenía su edad no podía hacer esas cosas. Ellos pueden, y no pasa nada, y luego se van juntos a un hotel y pasan la noche juntos, y no pasa nada. Cuando yo tenía la edad de Sara, si hubiera hecho la centésima parte de lo que ella, las vecinas me hubieran negado el saludo, los hombres me hubieran llamado puta, a mi madre le habría dado un infarto y mi padre no hubiera podido salir de casa de la vergüenza. Y yo, hasta que no encontré un novio que me gustaba muchíiiiiisimo y lo cacé y me casé y me acosté con él,y le exprimí a no poder más, no me quedé tranquila. Y es que me robaron mi juventud, la España franquista con su represión, era horrible. Los jóvenes de ahora no pueden ni imaginarse lo mal que se puede llegar a pasar cuando te mueres por hacer algo y tienes que fingir que no, que no quieres, y hacerte la estrecha, pues entonces era la única manera de follar: Casarse. Y no te casabas ni te comías un rosco si no tenías fama de decente o si habías tenido ya varios novios, que entonces eran "de manitas", y poco más.Y de lo que tenías ganas es precisamente de dejarde ser "decente". Así se fabrican los neuróticos. Yo lo pasé muy mal y pienso que los nervios me quedaron mal desde aquellos horribles años en que tuve que forzar mis "tendencias naturales" y actuar, siempre actuando. Yo veo que los chic@s de hoy día son más altos y están más sanos, y yo lo achaco a que ellos no han estado reprimidos sexualmente, y nosotros sí, y eso te reconcome y te amarga y no te deja desarrollarte bien conforme lo pide la Naturaleza.
Y ahora, aunque después me he resarcido con creces, ¿a mí quién me devuelve los años perdidos, los achuchones que hubiera debido y no pude dar, aún muriéndome de ganas?. La maldita Iglesia católica, juntamente con el beato y asesino Franco,las Teresianas, la familia, tienen la culpa de todo. Yo ya los he mandado a todos a la mierda, pero ese tiempo perdido, esos años ¡tan largos! de llorar a solas por lo que merecía y no tuve, eso no me lo devuelve ni Dios.
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