sábado, 21 de agosto de 2010

El violador de cadáveres (sensibles abstenerse)


Ya he dicho otras veces que, cuando por la noche me desvelo, suelo poner la emisora de la Cadena SER. Me gusta porque de una y media a cuatro de la mañana dan un programa que se llama "Hablar por hablar", al que llama gente variada, contando cada uno su historia. Las hay divertidas, increíbles, tristes (las más) y todo lo que uno pueda imaginarse. Pienso que de casi todas ellas podría sacarse el guión para una novela o película. Otra cosa que ya dije, pero es que me resulta muy chocante, es que es relativamente frecuente que llamen novios desesperados, que se van a casar al día siguiente, llorando y diciendo que están hechos polvo, porque sus suegras, de buen ver, les han seducido y se han liado con ellos, y luego les chantajean, y no soportan engañar así y casarse con una novia amada.
Mujeres apaleadas, niños maltratados, historias tremebundas, secretos familiares,historias de aparecidos, todo sale en este programa, para mí el mejor de la cadena SER.
Esta noche ha llamado un hombre. Por su voz y forma de hablar se notaba que era persona ineducada, seguramente analfabeto funcional. Se ha puesto a decir que él llamaba desde el trabajo, pues era guardia nocturno de seguridad en una funeraria. Que era el único trabajo que había podido conseguir, porque no lo quería nadie. Que a él nadie le había querido. Que era bajito y muy feo, tanto que la gente se asustaba de su cara. Que nunca había tenido novia, y solo había estado con prostitutas. Y que una de estas noches pasadas habían traído el cadáver de una chica joven y muy blanca. Al hablar de ella su relato se tornaba muy expresivo. Dijo que la había violado repetidas veces, que no lo había podido evitar.
"-La vi tan virginal, tan blanca..."
"-Cállese usted- decía la locutora, horrorizada- ¿no ve que mucha gente puede sentirse herida en su sensibilidad?"
Siguió hablando un poco y luego calló. Solo dijo que lo que él hacía no le parecía tan mal, que no hacía daño a nadie. La locutora le decía que era una perversión, que debería ir a un psiquiatra, y que además era un delito muy grave. Pero el hombre no se creía nada.Rebatió todo y colgó. Luego llamó mucha gente diciendo lo mismo, que ese tipo era un peligro, que debía ser tratado por un psiquiatra, y un montón de cosas más.
Desde luego, el alma humana es un abismo insondable. No quiero justificar a este bárbaro, pero se notaba que su autoestima estaba por los suelos. Quién sabe si por ser bajito y horrible había tenido que aguantar las burlas más crueles de las gentes "normales".Solo Dios puede juzgarle y perdonarle.

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