domingo, 15 de agosto de 2010

Supersticiones y gilipolladas varias






Yo tengo muchos colgantes que he ido comprando en mis viajes, pues a mí estas cosas me gustan mucho. Unos son amuletos, otros no. Pero yo me los compro porque me gustan, y me los pongo por la misma razón. Por eso, me fastidia que a veces la gente me vea con uno y me diga cosas tales como:
-¡Oh, qué bien!. ¡Este amuleto te traerá mucha suerte!
Y yo siempre contesto que no creo en estas cosas, y que si me lo pongo es porque me agrada. Pero no me comprenden. Y es que la gente cada vez más cree en unas memeces tremendas. Mi madre decía que cuando la gente era más creyente -mas buenos cristianos, vaya- no usaba estas cosas, pero que el ser humano necesita agarrarse a algo y ahora lo hace con todas estas tonterías. Posiblemente tenía razón. Yo como musulmana no puedo creer en estas supersticiones, pues se considera idolatría pura y dura, pero antes de convertirme al Islam tampoco creía. Una vez fuí a casa de una señora, y vi que en el recibidor tenía una enorme figura de un elefante con la trompa hacia arriba. Me dijo muy seria:
-Los elefantes con la trompa hacia arriba atraen al dinero, pero ésto lo tengo hace ya tres meses y sigo igual de pobre.
(me parece que esto ya lo conté...)
Pues yo al oír esto pensaba que se estaba quedando conmigo, pero no. Hablaba completamente en serio.
Otra cosa que me saca del tiesto es esa costumbre que tienen los tenderos de poner en su negocio una estatuilla de San Pancracio con una ramita de perejil. ¡Habráse visto idiotez mayor!. Y cuando el negocio no va, a veces le meten de cabeza en el frasquito del agua con el perejil. El culto a San Pancrecio parece ser muy antiguo; era un chico cristiano de 14 años que en el s. III los romanos mataron por ser de esta religión. Lo que no sé es que relacion puede tener con el perejil dichoso.
Otra cosa que tampoco entiendo es que hay muchas mujeres que llevan la cruz de Caravaca colgada del cuello. Inocente de mi, yo creía que la llevaban por piadosas, y es que por lo visto es amuleto potentísimo contra el mal de ojo. Y no digamos ya de la feísima higa, y de la planta del dinero, que supongo que se llama así porque sus hojas son redonditas como monedas.
Y mucha gente adora a estatuas de santos y vírgenes por la misma razón.Creen que la milagrosa es la estatua, no aquel o aquella al que representa.Puaf.Ya sabían Lutero y el Profeta lo que hacían al prohibir el culto a las estatuas...porque conocían al género humano, que es igual en todas partes.

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