domingo, 19 de septiembre de 2010

Del valor y la virtud




Virtud viene del latín vir, que quiere decir varón. También viene virilidad. La virtus, para los romanos, era la fuerza moral de un hombre ante el peligro. Esto se consideraba sólo para los hombres. Una mujer no era femenina si actuaba. La mujer solo podía permitirse la resistencia. Asi demostraba su valor de la única forma que le era concedida.
Todos los hombres, en todas las épocas, han tenido muchísimo miedo a las mujeres. Los occidentales menos, pero los orientales es que les tienen pánico. De ahi viene tanto machismo, la ablación del clítoris, el burka, el no dejarles instruírse, y tantas otras cosas. Los occidentales tampoco se han quedado cortos; es solo hace poco tiempo que se ven mujeres en los puestos de mando. El hombre ve que la mujer es más resistente, tanto física como moralmente, y esto le abruma. Las recluye, física o psicológicamente.
Y sobre todo, el varón ha tenido mucho miedo -como les pasa a los leones, que cuando se aparean con una hembra nueva matan a todos los cachorros que le puedan quedar de su predecesor- de que los hijos a quienes alimenta y por los que se esfuerza, puedan no ser suyos. En épocas prehistóricas no se asociaba el acto sexual al nacimiento de hijos, pero cuando los hombres se dieron cuenta se asustaron muchísimo, y empezaron a coartar la libertad de la mujer, que sexualmente también es más fuerte que ellos, pues puede tener varios orgasmos seguidos, cosa rara en el hombre.
No es extraño el miedo que le tienen a las mujeres los varones, sobre todo los orientales. Cuando las recluyen en harenes, las esconden, las tapan, las intentan anular, en el fondo es -aunque muy triste- por un profundo sentimiento de admiración y temor. Una mujer libre y que puede hacer con su cuerpo lo que quiera es más peligrosa que llevar un alacrán en el bolsillo. Salomón, que las conocía bien, pues tuvo 1.000 esposas, 300 esposas legales y 700 concubinas, dice en la Biblia:
"Y hallé que la mujer es amarga como la muerte,
y nudo para el corazón,
y sus brazos son cadenas"
Se ha hecho creer a las mujeres que son débiles y vulnerables, y por eso muchas veces, al ser atacadas, no se revuelven, porque piensan que nada pueden hacer. Es mentira. Una mujer furiosa tiene muchísima fuerza. No tanta como un hombre, pero las personas, del sexo que sean, en una situación de peligro multiplican sus fuerzas. Pero era conveniente que la mujer se creyera que tenía menos vigor que un pajarito. Y tantas otras cosas más. Que el cerebro de las mujeres era menor y menos desarrollodado que el masculino, y un montón de chorradas más que aún se siguen creyendo.
El Corán NO DICE EN NINGUNA PARTE que las mujeres tengan que llevar ninguna clase de velo, ni un pañuelito, pero si en los países musulmanes lo llevan, es por la costumbre, por el machismo de los hombres. Mirad si no a mujeres musulmanas, reinas o princesas, como Rania de Jordania o la mujer del rey de Marruecos. Nunca llevan velo, solo para actos religiosos o para entrar en las mezquitas, que ahi sí que hay que llevarlo. Yo misma solo lo llevo en estos ultimos casos, pero por la calle nunca, y jamás se me ha mirado mal ni hecho la menor insinuación de por qué no lo llevaba.
A ver si nos vamos enterando. Y que las mujeres se den cuenta de su fuerza, que es terrible. Ellas tienen la sartén por el mango.
Y no es un juego de palabras, jeje.

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