El maltrato en la familia o Cuando pagan justos por pecadores

Ayer estaba hablando con una amiga mía psicóloga -y feminista de pro- quien me decía que tenía muchos casos de mujeres maltratadas, pero otros tantos de hombres injustamente acusados de maltrato por sus parejas.Como ahora el tema del maltrato a la mujer está a la orden del día y se habla mucho, hay mujeres despreciables que hacen gran daño a las que son víctimas de violencia machista, acusando injustamente a hombres con los que conviven- sean maridos o no- y todo el mundo se las cree, o casi. Me contaba mi amiga que tiene una "paciente" que ya ha machacado así a tres hombres, acusándolos de todo tipo de barbaridades, y los jueces siempre la han creído a ella. Así consigue las ventajas que se pueden suponer. Mi marido, que siempre ha opinado esto mismo, dice -y quizás no le falte razón- de que muchos de los asesinatos de mujeres que a diario salen en los periódicos, son de hombres desesperados de soportar una situación insostenible, pues la mujer los deja en la calle, sin poder ver a los hijos y con todo lo demás . Esto les hace un flaco favor a las maltratadas de verdad, que son legión, pero es que es dificilísimo, en un caso de éstos, saber quién miente y quién es en realidad la víctima.
Yo conozco de primera mano un caso tremendo, que sucedió hace ya años. Una pareja que se separó a causa de que él se enamoró de otra, y tenían dos hijas. La mujer, furiosa y despechada,quedó con el infiel a la hora de la comida, en que éste tenía que ir a recoger sus últimas cosas. La tía se encerró con sus dos niñas en la cocina y abrió el gas. Cuando él llegó se encontró a las tres muertas.
El hombre nunca se ha repuesto de este shock terrible, y sigue necesitando ayuda psiquiátrica y medicación.
Y luego está una legión de pobres mujeres, que por terror a su maltratador o por la familia, o el qué dirán, o por no tener donde caerse muertas, aguantan paliza tras paliza hasta que un día las matan.
Es muy importante que toda mujer tenga una salida laboral, una independencia económica, para no tener que depender de nadie, ni siquiera de sus padres.