Era un partido de fútbol entre el equipo de los elefantes contra el equipo de los gusanos.
El partido estaba muy descompensado, tanto que a diez minutos del final iban ganando los elefantes por 50-0. Sin embargo, de repente, el equipo de los gusanos hace un cambio y saca al ciempiés. El ciempiés empieza a meter un gol tras otro y al final del partido quedan 50-75.
En los vestuarios, el capitán de los elefantes, incrédulo, se acerca y le pregunta a uno de los jugadores del equipo contrario…
- ¡Qué portento de jugador! ¿Por qué no lo habéis sacado antes?
- Es que estaba terminando de atarse las botas.
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