Navegando por la red en busca de información interesante, me encontré con una escalofriante noticia. Una niña de apenas dos años mostraba un vientre abultadísmo y debajo de la foto decía: niña embarazada de su propia gemela.
Era la primera vez que oía hablar de algo así. Uno suele oír los casos de gemelos unidos por alguna parte del cuerpo, o de niños con más extremidades de las normales y ese tipo de sucesos, pero como éste, ninguno. Comencé a investigar y resulta que se han dado más casos, en una pequeñísima proporción, claro. Y quiero compartir lo que he averiguado sobre este increíble tema médico.
Se denomina Fetus in feto a una extraña patología en la que una masa de tejido, con forma similar a la de un feto, se aloja en el abdomen de un recién nacido o de un niño, a modo de parásito que se alimenta del flujo sanguíneo del primero.
A diferencia de los mellizos, que se forman a partir de dos óvulos fecundados, los gemelos lo hacen en uno sólo. En el momento en que deben separarse y diferenciarse como dos embriones individuales, algo anormal ocurre, originando que uno de los embriones quede atrapado dentro del otro.
La mayoría de estos casos suele ocurrir en niños menores de dos años. Aunque, en raras ocasiones, puede aparecer en otras localizaciones del cuerpo, lo más habitual es que lo haga en el abdomen, en la zona retroperineal. Estas “masas” fetiformes pueden llegar a pesar hasta 2 kilos y alcanzar una longitud de poco más de 2 metros. Curiosamente, se encuentran revestido de una especie de membrana parecida al saco amniótico.
Hay varios investigadores que no asocian esta condición con ninguna anomalía durante el desarrollo embrionario, sino a la formación de un tumor denominado teratoma. Y es porque el teratoma está compuesto de tejidos diferentes al medio en que crece por lo que parece algo ajeno al individuo. Incluso se pueden apreciar en él pelos y dientes, lo que le da un aspecto casi humano.
Para diferenciar un fetus in feto de un teratoma, hace falta la presencia de una columna vertebral dentro de la masa. Otra diferencia es que, en el segundo caso, el teratoma puede llegar a malignizarse, aspecto que no se da en el fetus in feto.
La única opción médica para resolver estos casos es la cirugía, extrayendo el feto o teratoma, por el riesgo de muerte del afectado.
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