Como festividad religiosa y como fiesta en general, la Navidad es una amalgama de tradiciones procedentes de media docena de culturas y acumuladas a lo largo de los siglos. La cena de Nochebuena, el árbol adornado, las tarjetas de felicitación, Papá Noel y Santa Claus, el tronco lleno de regalos, el muérdago,las campanas y los villancicos se originaron en el seno de diferentes pueblos y pasaron a integrarse en el 25 de diciembre, fecha nada segura del nacimiento de Jesús.
La idea de celebrar la Navidad el 25 de diciembre fué sugerida por primera vez a principios del s. IV, ya que con una visión muy sagaz, los Padres de la Iglesia deseaban eclipsar las festividades que en esta fecha ofrecía una religión rival que amenazaba la existencia del Cristianismo.
La Iglesia siempre ha hecho lo mismo, ha convertido imágenes de Astarté en imágenes de la Virgen,romerías paganas, como la del Rocio y otras, en romerias a santos y Vírgenes, pero a éstas no les pusieron quitar la luna a los pies, símbolo de la diosa fenicia. Y la Cuaresma y el Carnaval, sustituyendo a las orgías de las festividades romanas de estos mismos días, etc.
Es importante señalar que en los dos siglos que siguieron al nacimiento de Cristo, nadie sabía con exactitud donde se había producido, y a pocos les importaba. Los cumpleaños no tenían ninguna importancia; los que contaban eran los días de las defunciones y de la Pasión.Siempre tan alegres. La Iglesia incluso consideraba pecaminoso celebrar el nacimiento de Jesús, "como si fuera un faraón".
Sin embargo, hubo teólogos que trataron de fijar la fecha de la Natividad de Jesús, con el resultado de una confusión considerable de fechas: 1 y 6 de enero, 25 de marzo y 20 de mayo. Con el tiempo, esta última tuvo muchos partidarios, puesto que el Evangelio de San Lucas explica que a los pastores a los que fué anunciado el nacimiento del Mesías estaban vigilando sus rebaños en plena noche. Los pastores custodiaban sus rebaños día y noche sólo en la época en que nacían los corderillos; en invierno, los animales permanecían en sus apriscos, sin vigilancia.Lo que finalmente zanjó la cuestión y movió a la Iglesia a legitimar la fecha del 25 de diciembre , fue la creciente popularidad del Mitraísmo, religión rival del Cristianismo.
El 25 de diciembre, los romanos paganos, todavía mayoritarios, celebraban el Natalis Solis Invicti, o "nacimiento del invicto Dios Sol", Mitra. Este culto, originado en Persia, arraigó en el mundo romano en el s. I a.C. En 274 a.C., el mitraísmo era tan popular entre las masas que el emperador Aureliano lo proclamó religión oficial del Estado. A principios del s. IV, este culto amenazaba seriamente al cristianismo, y durante algún tiempo no estaba claro qué fe resultaría victoriosa.
Los Padres de la Iglesia discutieron sus opciones.
Era bien sabido que los romanos, tanto patricios como plebeyos, eran amantes de los festejos prolongados, tradición que se remontaba a 753 a.C., cuando el rey Rómulo fundó la ciudad de Roma en la colina Palatina. No sólo la observancia del Natalis Solis Invicti era ocasión de festejos y desfiles en diciembre, sino que también ocurría lo mismo con las Saturnales, en honor de Saturno, dios de la agricultura y la sementera, celebradas con grandes orgías.. La Iglesia necesitaba una celebración en el mes de Diciembre.
Así, para ofrecer a los conversos una celebración digna de conmemorarse, la Iglesia reconoció oficialmente la del Nacimiento de Cristo, y para competir directamente con la fiesta de los adoradores del Sol, fijó la fecha de la Natividad el 25 de diciembre.
Los pueblos nórdicos, sin embargo, además de la Navidad, celebran la Fiesta de Santa Lucía, por las mismas fechas, que es el renacimiento de la luz y de los días largos.Otra fiesta pagana encomendada a una santa, esta vez. No es tonta la clericalla, no.
La modalidad de la nueva fiesta cristiana del nacimiento de Jesús sería principalmente la plegaria, y sobre todo una misa. Como escribió un teólogo hacia 320, "consideramos santo este día, pero no como los paganos a causa del renacimiento del sol, sino a causa del que lo creó". Aunque siglos más tarde los sociólogos hablarían de la fuerza psicológica de las celebraciones en grupo -la unificación de niveles y grados, la solidificación de la identidad colectiva, el robustecimiento de los objetivos comunes-, hacía ya mucho tiempo que el principio resultaba intuitivamente obvio.
La celebración de la Navidad arraigó permanentemente en el mundo occidental en 337, cuando el emperador Constantino fué bautizado y por primera vez se unieron el cetro y la Iglesia (¡!)
El cristianismo se convirtió en la religión oficial del Estado, y en el año 354 el obispo Liberio de Roma reiteró la importancia de conmemorar, no sólo la muerte de Cristo, sino también su nacimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario