sábado, 13 de noviembre de 2010
Predicciones atmosféricas populares
Se dice que si se te cae lo que tienes en las manos es que alguien está pensando intensamente en ti, que si te levantas con el pie izquierdo vas a tener un día malo, que si tienes picor de pies es que vas a viajar al extranjero y si te pican las manos es que va a haber movimientos de dinero (pagarás si se trata de la izquierda y cobrarás si se trata de la derecha), que si te suenan pitidos en los oídos es que alguien está hablando de ti, (bien si te pita el derecho, mal si te pita el otro). Son tantas las creencias y supersticiones que nos rodean que hasta los que negamos creer en ellas nos sorprendemos de vez en cuando diciendo algo como: “yo toco madera, por si acaso”.
Las creencias populares de las que más tiramos suelen ser las que tienen que ver con el tiempo atmosférico, que en muchas ocasiones, aunque solemos desconocerlo, tienen una base demostrable, no como las anteriores.
Así, si la luna presenta un halo luminoso es que la lluvia se acerca; y si vives en Tenerife, (Islas Canarias), como es mi caso, y ves que el majestuoso Teide lleva sombrerito, ya puedes ir preparando el paraguas. Pero, en ambos casos, el fenómeno que observamos tiene que ver con las variaciones de humedad y temperatura en el aire.
En EEUU, por otra parte, cuenta la tradición que el día 2 de febrero la marmota se asoma al mundo exterior tras haber estado hibernando en su madriguera. Entonces busca su sombra y, si la ve, vuelve a hibernar durante otros 6 meses, (la presencia de sol a principio de año conlleva un retraso en la llegada del invierno). Si no la encuentra sabe que la primavera tendrá una temperatura ideal para ella y comienza a desesperezarse para ir a corretear. Cierto es que esta creencia en la sabiduría de la marmota es curiosa, y hasta divertida, pero es mejor no fiarse al 100% de las marmotas pues no siempre aciertan en sus predicciones.
Mejor es fiarnos de las aves marinas, por ejemplo, que se desplazan hacia el interior huyendo de la costa, cuando perciben que se acerca una tormenta, o las golondrinas que vuelan más bajo cuando el aire se revuelve y aumenta la humedad. Los insectos también saben de ésto, pues, por ejemplo, si el tiempo se va a poner malo, las abejas regresan apresuradamente a sus colmenas o las hormigas salen del hormiguero, cuando notan que se acerca lluvia, por temor a morir ahogadas en él.
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