viernes, 31 de diciembre de 2010
Por qué los paracaidistas gritan:"¡Jerónimo"!, al saltar
La mayor parte de las personas sabe que los paracaidistas suelen saltar del avión al grito de “Gerónimo“, no obstante, no son muchas quienes conocen el por qué de esta expresión.
A mediados de 1940, el paracaidismo se encontraba en franco desarrollo dentro de las fuerzas armadas estadounidenses. En julio y agosto de dicho año, comenzaron los entrenamientos experimentales con la creación de una pequeña unidad denominada Pelotón de Pruebas de Paracaídas. Este grupo de 50 voluntarios, especialmente seleccionados, no sólo entrenaba con altos estándares de disciplina, sino que dio forma a las técnicas de paracaidismo que marcarían la actividad.
El soldado de 24 años Aubrey Eberhardt, proveniente de una granja en Georgia, era el paracaidista más corpulento del pelotón. Junto a tres compañeros, cierta noche decidió escapar del agobiante calor refugiándose en la fresca sala del Main Post Theatre, donde proyectaban el western de la Paramount, Gerónimo, de 1939.
La película, desbordante de acción, presentaba al actor nativo americano, Victor Daniels, en el papel del cacique apache Geronimo, de carácter indómito e inalterable.
Tras la película, los cuatro compañeros caminaron hacia las barracas. En el trayecto, uno de ellos preguntó a Eberhardt si al día siguiente saltaría sin temor del avión. Eberhardt, cuyo valor no solía ser cuestionado, respondió que no sentiría temor, y que, para demostrar su presencia de ánimo, gritaría algo justo después de saltar.
Dado que el grupo estaría separado por varios cientos de metros, algunos de ellos en el aire y otros en el suelo, Eberhardt insistió en que gritaría una palabra que pudiera ser escuchada por todos. Al preguntar sus compañeros qué gritaría, pensó algunos segundos; eligiendo una palabra distintiva, e inspirándose en la figura penetrante de Gerónimo, eligió dicha palabra.
Al día siguiente cumplió su promesa. Los compañeros de Eberhardt escucharon la palabra Gerónimo repetida una y otra vez desde que el paracaidista saltó del avión hasta que sus pies tocaron el suelo.
Otros miembros del pelotón tomaron la idea en prácticas siguientes, transformándola en una tradición.
La aprobación se dio con la visita de un grupo de altos oficiales y dignatarios de Washington, quienes se sorprendieron ante el grito lanzado por la mayor parte del pelotón. Algunos integrantes del grupo visitante opinaron que debía interrumpirse esta práctica porque parecía una contravención a la disciplina en medio de un acto solemne. Otros se opusieron. Tras una discusión, se impuso la percepción que esto mostraba bravura.
Con el paso del tiempo, la palabra Gerónimo no sólo fue utilizada al saltar, también se incorporó al uniforme en la forma de una leyenda en boinas y bolsillos.
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