domingo, 30 de enero de 2011
Cómo librarse de un tio pesado
Él: ¿Puedo invitarte a tomar algo?
Ella: En realidad preferiría que mejor me dieras el dinero.
Él: Estoy seguro que podría hacerte muy feliz.
Ella:¿Por qué? ¿Ya te vas?
Él: ¿Que dirías si te pidiera que te casaras conmigo?
Ella: Nada. No puedo hablar y cag....de risa al mismo tiempo.
Él: ¿Me podés dar tu nombre?
Ella:¿Por qué? ¿No tienes tu uno?
Él: ¿Vamos a ver una película?
Ella: Lo siento. Ya la ví.
Él: ¿Dónde has estado toda mi vida?
Ella: Escondiéndome de vos.
Él:¿No te he visto en otro lado?
Ella: Si. Por eso ya no voy por allí
Él: ¿Está libre este asiento?
Ella: Si, y si te sentás, también éste.
Él: ¿A qué te dedicás?
Ella: Soy travesti.
Él: Hola preciosa, ¿Qué signo sos?
Ella: De negación.
Él: Tu cuerpo es como un templo.
Ella: Lo siento, pero hoy no hay misa.
Él: Si te viera desnuda moriría feliz.
Ella: Si yo te viera desnudo probablemente moriría de risa.
Él:¿Dónde has estado toda mi vida?
Ella: Donde estaré el resto de tu vida: en tus sueños.
Él: Soy fotógrafo. He estado buscando un rostro como el tuyo.
Ella: Yo soy cirujana plástica. También he estado buscando un rostro como el tuyo.
Él: Hola, ¿No salimos juntos una vez? o ¿Tal vez dos?
Ella: Debió haber sido una. Nunca cometo el mismo error dos veces.
Él:¿Cómo hiciste para ser tan bella?
Ella: Probablemente me toco la parte que te correspondía a vos.
Él:¿Saldrías conmigo el sábado?
Ella: Lo siento, pero me va a doler la cabeza el fin de semana.
Él: Tu rostro hace que la gente se vuelva a mirarte.
Ella: Y el tuyo hace que se le vuelva el estómago.
Él: Vamos, no seas tímida. Dime algo.
Ella: Ok, ¡andate!
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