domingo, 30 de enero de 2011
Historia del cuchillo
El cuchillo: Hace un millón y medio de años, en Africa y Asia.
El Homo Erectus, un primate primitivo que ya caminaba erguido, ya disponía de cuchillos de piedra para despedazar sus presas, labrados con arreglo a una pauta uniforme. El Homo Erectus, que vivió hace un millón y medio de años, fué el primer homínido con capacidad para concebir un diseño y después trabajar un fragmento de piedra hasta ejecutar la idea a su gusto. Desde entonces, los cuchillos han constituído una parte importante en el armamento y el utillaje del hombre.Han cambiado muy poco a lo largo de los milenios.
Durante siglos, casi todos los hombres poseían un solo cuchillo, que colgaba de su cintura para utilizarlos rápidamente en caso necesario. Un día podían emplearlo para despedazar un asado, y al siguiente para cortar el cuello a un enemigo. Sólo los nobles podían costearse varios cuchillos,que empleaban separadamente para la guerra, la caza y la comida.
Los primeros cuchillos tenían la punta afilada. El cuchillo de mesa,con su extremo redondeado, se originó, según la tradición popular, en la decada de 1630, cuando un hombre quiso poner fin a una práctica tan común como grosera en las mesas de comedor. Actualmente los cuchillos de mesa tienen otra vez la punta afilada, pues son más prácticos, pero los de mis padres y abuelos eran bien redondos por el extremo.
El hombre que inventó los cuchillos con punta redondeada se llamaba Armand-Jean du Plessis, más conocido como Duque de Richelieu, cardenal y primer ministro de Luis XIII de Francia. Se le atribuye la institución del moderno espionaje doméstico, y a través de complicadas intrigas y gracias a sus dotes de astuto estadista, situó Francia en el más alto escalón del poder en la Europa de principios del s. XVII.Aparte su preocupación por los asuntos de estado, y por la consolidación de su autoridad personal, Richelieu instituyó unos modales formales y se encarnizó con lo que era en aquel entonces una práctica cotidiana en la mesa. Durante cualquier comida, los hombres de alto rango utilizaban el extremo puntiagudo de sus cuchillos para limpiarse los dientes, hábito que los manuales de etiqueta llevaban deplorando al menos durante 300 años. Richelieu prohibió esa descortesía en su mesa y, según la leyenda francesa, ordenó a su mayordomo que limara las puntas de todos los cuchillos de su casa. Muy pronto, las anfitrionas francesas, deseosas también de poner fin a aquella práctica, ,empezaron a encargar cuchillos como los de Richelieu. Al menos se sabe con toda certeza que , al terminar aquel siglo, las cuberterías francesas solían incluir cuchillos de punta roma.
Como se ha visto, con el cuchillo, que se originó hace un millón y medio de años,la cuchara, con sus 20.000 años a cuestas, y con el tenedor, que data del s.XI, el juego completo de nuestro cubierto necesitó muchísimos años para reunirse en la mesa. Y aunque hoy damos por sentada la presencia de los tres, hace solo 200 años, en la mayoría de las posadas de Europa y América ofrecían uno o dos de estos utensilios,pero rara vez los tres. Cuando la gente adinerada viajaba, llevaba consigo su cubertería.
La costumbre de cruzar el cuchillo y el tenedor sobre el plato al terminar una comida se inició en Italia en el s. XVII.Hoy muchas personas lo consideran una señal que indica al camarero-a que han acabado de comer,pero fué introducido por la nobleza ialiana como símbolo religioso:Una cruz. Este gesto no solo se consideraba de buena educación, sino un acto piadoso de agradecimiento por los manjares que había procurado el Señor.
Pero las normas de buena educación actuales exigen que, al terminar de comer, se coloquen sobre el plato el cuchillo y el tenedor, paralelos.
Una cuchillo digno de mención, por ser de raigambre española y que no se usa en ningún otro país, ya caido en desuso , pero que a mí, que colecciono navajas, encuentro muy bonito, es la faca, navaja cachicuerna que se abre un un característico crac-crac-crac.Era, además del trabuco, el arma de los bandoleros españoles.
Yo tengo varias cachicuernas, o sea, con las cachas hechas de cuerno de vaca o toro, pero actualmente son casi imposibles de encontrar, porque hacen las cachas de plástico, lo que resulta feísimo.
En las ilustraciones, ver modelos de facas.
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