viernes, 28 de enero de 2011

Las piedras navegantes del Valle de la Muerte


Imagina que te ha dado por ir de camping al Valle de La Muerte, en Sierra Nevada (California), para más señas. En mitad de una inmensa y árida llanura, decides acampar junto a unas piedras que, ya de paso, vas a aprovechar a modo de “sillas” improvisadas, mientras tomas tus judías con chorizo enlatadas para cenar, a la luz de las estrellas…
Imagina que, a la mañana siguiente, tras un sueño “reparador”, pasando un frío de muerte y bajo la amenaza de quién sabe qué clase de alimañas, sales de tu tienda con los ojos legañosos y los labios cianóticos, dispuesto a hacerte un buen café…
Y entonces te das cuenta. Miras a un lado…miras al otro. !Oh, my god! ¡ ¿Pero dónde están las piedras?!…
Quién sabe si una circunstancia similar fue lo que provocó, hace ya años, que los científicos empezaran a investigar este extraño fenómeno, llamado Sailing Stones (piedras navegantes) y que sólo ocurre en el Valle de la Muerte.
Han sido varias las teorías que han pretendido explicar el errático comportamiento de estas rocas, la mayoría de ellas de considerable peso y envergadura. No ruedan, simplemente se deslizan. Y no todas lo hacen de igual forma. Algunas dejan estelas rectas, otras ovales, serpenteadas, o repentinamente cambian incluso de dirección.
Algunas hipótesis apuntan a factores externos, tales como el viento, el agua y las heladas. Otras se centran en la roca misma, en su composición. El llamado Efecto Tristán, nombre dado por investigadores de la Universidad de Suiza basa su teoría en la estructura porosa de las rocas. Esto permitiría conservar una cantidad de aire en su interior. Aire que se enfriaría durante la noche, por debajo de los 0 grados, y durante el día el calor sofocante del desierto provocaría un cambio de presión en la piedra, provocando el movimiento.
El último de los intentos por descifrar este enigma si podría ser factible. Se ha comprobado que después del deshielo o tras alguna lluvia ocasional, se forma una fina capa de agua en la superficie de esta zona (llamada Ricetrack Playa). Este agua va arrastrando las piedras, y como el suelo está blando por la humedad, se forman los surcos. Una vez que el agua se ha evaporado debido a las altas temperaturas, queda el paisaje tan misterioso de la fotografía: rocas y surcos.

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