miércoles, 2 de febrero de 2011

Jerusalén















Jerusalén es una de las ciudades más interesantes que he conocido.
Hace años hicimos un viaje por Israel en una furgoneta -antes de la Intifada- y, aparte de estar el Neguev lleno de tanques israelíes, y todo el mundo militarizado, estaba la cosa bastante tranquila. Yo tomé fotos de esos tanques, con gran espanto de mi padre cuando las vió, que me dijo si estaba loca, que me hubieran podido detenener y buscarme un buen lío...Pero como que no me vieron, no pasó nada. Además, yo ya tengo asumido que es posible que el Mossad me tenga fichada, por dos o tres razones varias, y me da igual.(Y quizás también la CIA...)
Pues lo que más me llamó la atención de Israel es que, desde los altos del Golán en Siria (que estaban llenos de casquillos de balas) hasta Akaba y Eilath en el Mar Rojo, está todo igualito que en la Biblia. Los mismos pueblos, las mismas ciudades, todo igual. Allí sigue Jericó, con un palmeral precioso, Belén, hecha un asco de pueblo... Nazareth, Cafarnaúm...etc.etc. Me acordé de que en el Evangelio dice también que Belén es un asco: "Tú, el más humilde pueblo de Israel,de tí saldrá... serás la cuna del Mesías...".O sea, que Belén sea un desastre ya viene de lejos, y parece que no hay nadie con ganas de modificar la situación.
Pues a mí, eso de encontrarme todos los lugares ya puestos desde hace más de 2.000 años, me gustó mucho. El Jordán es una preciosidad de río y el Mar Muerto está más muerto que Carracuca,y es porque tiene tal concentración de sal que allí no puede vivir ni un mosquito. Por cierto, siguiendo yo con mi inveterada costumbre de caerme en lugares célebres, me caí en el Mar Muerto y encima de los cristales de sal, que cortan como hojas de afeitar,lo que hizo que me quedaron unas rodillas que al entrar en Jerusalén parecía que había estado haciendo penitencia a lo bestia...por lo menos, nuestro guía, que era un capitán del ejército y se llama Dan Laor, se partía de risa conmigo. En el Mar Muerto desemboca el Jordán, pero sus fuentes son una preciosidad, porque el agua está limpísima y me metí de pies, pues hacía calor y estaba muy fresquita.
Visitamos todo el país, pero me voy a centrar en Jerusalén, porque si no corro el riesgo de que me salga una novela, pues tengo una escriborrea que no la puedo parar a veces.
Jerusalén es preciosa, y vista desde el Monte de los Olivos,donde Jesús las paso canutas mientras que los discípulos dormían a pierna suelta (cosa que nuca me he podido explicar...¡qué higados, esa gente...)pues desde allí hay una vista preciosa de la ciudad, y lo que llama más la atención es la cúpula dorada de la mezquita de Umar, o Domo de la Roca, porque dentro hay una roca, donde según la tradición, está marcado el casco del caballo del Profeta cuando subió a los cielos.
Jerusalén es ciudad santa para las 3 llamadas religiones del Libro: Cristianos, musulmanes y judios, y allí logran convivir más o menos.También hay un barrio armenio, que no sé que pinta allí, pero que es muy bonito y tranquilo.
La mezquita considerada más sagrada, después de las de la Meca, Medina y Kairouán, es la de Al-Aksa, que quiere decir "la mezquita lejana", donde después de estar nosotros hubo un tiroteo sangriento. Esta y la de Umar están en la llamada "explanada de las mezquitas", uno de los sitios emblemáticos de la ciudad.En las fotos, la mezquita Al-Aksa es la que se encuentra en primer lugar.
Los judios tienen un lugar sagrado para ellos: El Muro de las Lamentaciones, que allí nadie lo llama así, sino el "muro oeste", que es todo lo que queda del templo de Salomón. Allí se ven a los judíos ultraortodoxos, con sus levitas (ver fotos)que rezan de cara al muro y hasta se dan cabezazos en él, y también meten oraciones y peticiones entre las rendijas de las piedras. Cuando nosotros estuvimos, vimos una fiesta en honor de un niño que pasaba a la edad adulta, y era llevado a hombros por esos judíos de levita y tirabuzones, cubierto con un paño blanco con rayas negras.Cantaban cosas apropiadas en hebreo y resultaba muy bonito y alegre.
También vi bastante gente mayor, con tatuajes de los campos de concentración nazis, con el número que allí llevaban.
La mayoría de los israelitas son ateos, sobre todo los jóvenes.Ya no esperan ningún Mesías. Luego están los que algo creen, pero sin fanatismos, y son los que llevan ese gorrito como el solideo del papa,la kipa, en la coronilla, y que nunca me he explicado cómo logran que no se les caiga. Pero hay un barrio, llamado Mea Shearim, que es digno de verse, sobre todo el Sabbath. Es el de los judíos ultraordodoxos, que van con sombreros negros, levita también negra y tirabuzones en los 4 lados de la cabeza, que simbolizan las 4 esquinas de los campos de labor que, según la Biblia, no se podían segar, pues había que dejarlos para las viudas y los huérfanos. Esta gente tiene montones de hijos, pues no pueden utilizar anticonceptivos, y llegaron a mandar un escrito a los países árabes de alrededor pidiéndoles que arrasasen Israel, pues los otros judíos habían caído en el ateísmo y la indiferencia. Increíble pero cierto. Menos mal que nadie les hizo mucho caso...
Pero los israelitas, desde luego, son de la cáscara amarga. Si en España nos empeñásemos que la gente que nos visita fuese a misa, no comiese carne los viernes y se plegase a todas nuestras costumbres, nos pondrían verdes en todo el mundo. Bueno, pues los israelitas en Israel lo hacen, y nadie les dice nada. Allí, cuando se pone el sol el viernes por la tarde, tocan un cuerno que se llama el shofar, y nadie puede ya hacer nada. Ni bañarse. Yo intenté darme un chapuzón en el lago de Genesaret (que es precioso, e intocado) y no me dejaron. En el hotel, teníamos que servirnos nosotros mismos de un buffet frío, y durante el sábado no se podía hacer nada, sólo pasear.
En Jerusalén está la iglesia de la Resurrección, donde está el sepulcro de JC. Yo me pregunto que a quién tienen enterrado allí, si JC para los cristianos resucitó y subió a los cielos. Pero el caso es que allí hay una tumba rodeada de velas, y hay gente que se tira encima y se revuelca y cosas de estas.A la entrada hay un judío vestido de negro que parece talmente Caifás, con una bolsa negra, llena de monedas, que nos la agitó delante de las narices, como diciendo, si aquí no te retratas, no entras. Nos retratamos.
A mí me gustó mas la iglesia de la Natividad, en Belén. Está cuidada por los franciscanos,los monjes ortodoxos y los musulmanes, que creen que JC fué un gran profeta.Hay en el suelo una estrella de plata y muchas lámparas votivas, indicando el sitio en el que supuestamente nació Jesus. Lo curioso es que durante mucho tiempo, los tres representantes de las tres religiones andaban siempre a la greña, y hace ya tiempo que la llave de la iglesia la guarda un árabe, y este cargo de "portero" va pasando de padres a hijos.
Y en verdad, lo que más me llamo la atención de estas iglesias, que para los cristianos son las más santas del mundo, mucho más que el Vaticano, que no es más que la sede de los papas, que están casi abandonadas, viejas y polvorientas, mientras que al Vaticano parece que le sacan lustre a diario. ¡Qué cosas! .El escritor José Mª Gironella decia que, si el Papa tuviera vergüenza, dejaría el Vaticano como museo y se iría a vivir a Jerusalén. Pienso que tenía mucha razón. Roma tiene olvidadas sus iglesias de Tierra Santa.
Otra cosa que me hizo gracia es que en la iglesia del Santo Sepulcro De No Se Sabe Quién, está también enterrado Simón de Montfort, un cruzado de lo más bestia. Pero como a los judíos no les hace ninguna gracia, y seguramente no saben quién diantes es, allí apilan, encima del sepulcro, botellas de butano.
De este viaje podría contar muchas cosas, pero como dije antes, me saldría una novela, y no quiero tampoco cansar a mis pacientes seguidores.

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