sábado, 5 de febrero de 2011
La migración de las hormigas amazónicas
Desde tiempos inmemoriales, existen innumerable cantidad de misterios naturales y cotidianos que producen más de un quebradero de cabeza a los científicos del mundo. Uno de ellos, es la migración. En la mayoría de las especies, puede identificarse el motivo específico por el que migra tal o cual espécimen de mamíferos, aves o insectos: el buscar climas más cálidos, el ciclo reproductivo, el periodo de apareamiento, la escasez de comida… Pero en este caso, la migración de este tipo de hormigas sigue intrigando a los investigadores.
Las hormigas de la selva del Amazonas, en América del Sur, realizan viajes periódicos, pero nadie sabe con qué objeto. Se sabe que no andan buscando alimento, porque se ha visto que dejan comida a su paso; no parecen dirigirse a algún lugar en especial, pero por alguna razón se convierte en un ejército de avanzada.
Y conforme marchan, estas hormigas – soldado atacan y devoran cualquier cosa viviente que se atreviese en su camino. A través de espesos bosques y enmarañadas selvas, las hormigas conquistadoras avanzan.
Cuando llegan a un río o arroyo estrecho, pueden cruzarlo sobre un tallo o una brizna de hierba lo suficientemente largo para llegar al otro lado. O bien, pueden construir un puente ellas mismas, corriendo hacia el agua y aferrándose unas a otras. Muchas son arrastradas por la corriente, pero hay tantas hormigas en el ejército, que finalmente logran construir un puente viviente. Entonces, el resto del ejército marcha por encima del puente.
Si el río es ancho, las hormigas forman una bola de hormigas. La Reina y los huevos se colocan en el medio de la bola, quedando así protegidos. La bola rueda hacia el agua, y flota con la corriente. Las hormigas que se 4encuentran en la parte inferior continuamente tratan de ir hacia la parte superior. Debido a este movimiento constante, pocas se ahogan. Cuando la bola llega al otro lado del río, las hormigas se separan, forman de nuevo su ejército y continúan su marcha.
Pueden detenerse y permanecer en un tronco seco o en un árbol hueco mientras la Reina pone sus huevos, que pueden ser hasta 30000. Después, reanudan la marcha llevando los huevos con ellas.
¿Por qué están siempre en movimiento? ¿A dónde van? No se sabe. De hecho, quizá ni siquiera ellas sepan a dónde van. Quizá no se dirigen a ningún sitio en particular. Este es un misterio aún sin resolver.
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