viernes, 4 de marzo de 2011

¿Tiene Dios sentido del humor?



Pues no sé. Pero el Yahvé de la Biblia sí parece tenerlo, y bastante negro. Mi marido tiene la teoría de que ese señor que se aparece en el Antiguo Testamento a los profetas y les da órdenes no es Dios, sino un extraterrestre antisemita que se divería fastidiando al pueblo judío, como por ejemplo, dejarlo vagando 40 años por el desierto, que, bien mirado, es un desierto pequeñito, y de Egipto de donde salieron hasta la tierra de Canaán tampoco hay tanta distancia. O los judíos de las doce tribus estaban bastante despistadillos después de ¡¡400!! años de cautiverio en Egipto y habían perdido la brújula (en sentido figurado) y la capacidad de orientarse por el sol y las estrellas, o si no no se comprende. Como estaban ya cabreadísimos de tanto desierto (esto no me lo invento yo, que está en la Torá, ¿eh?, en el libro del Éxodo)(mirar Biblia)pues no comían más que maná, que el tal Yahvé les mandaba del cielo, y que por lo que cuentan los libros sagrados, era una especie de palomitas de maíz,se rebelaron y dijeron que ya estaban hartos de tanto régimen obligatorio de las palomitas celestiales, y que querian comer algo más consistente. Entonces el Yahvé de la Biblia (que esto que voy a poner está en el libro del Éxodo, (Biblia) y la Torá, que son los 5 primeros libros de la Biblia),pues el señor Yahvé les envió una lluvia de codornices asadas, para que no gritaran tanto, que un judío con mala uva puede llegar a ser muy peligroso.
A mí, este episodio de las codornices asadas (no dice si iban acompañadas de patatas chips)no me parece nada serio, y los cristianos no lo divulgan nada porque serían la irrisión de otras religiones. Pero como la Biblia solo la han leído los judíos, los Testigos de Jehová y yo, la cosa pasa desapercibida.
Yo cuando era una niña chica, estaba muy controlada por mi madre, pero era solo en las salidas, no en las lecturas. Podía leer lo que me daba la gana, y en mi casa había una extensa biblioteca. Con ayuda inestimable del diccionario Espasa de mi abuelo materno y de la Biblia hice mi educación sexual (teórica, claro), y todas las barbaridades y aberraciones que se cuentan en la Biblia que hacían los santos patriarcas que se codeaban con Yahvé, con hijas, nueras, esposas, nietas y demás familiares me parecían de lo más corriente. También me enteré de que era cosa corriente copular con ovejas, vacas, caballos, y otros seres de corral, cosas estas interesantes que mis compañeras de colegio ignoraban absolutamente.
Y otras muchas cosas edificantes que están en los libros históricos.
Luego estaba el Cantar de los Cantares, libro erótico donde los haya, el Eclesiastés, precioso, el Apocalipsis, que me lo leí de un tirón en voz alta durante una tormenta con abubndante aparato eléctrico (yo he sido siempre muy teatral en todas mis manifestaciones), y otras cosas que hacen de la Biblia un libro de lo más diver.
En cambio, el Corán es un libro serio, y con eso está dicho todo.
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Fotos: Desierto del Neguev y Sumo Sacerdote del tiempo de Jesús.

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