jueves, 7 de abril de 2011

Epitafios y frases póstumas






* Aquí yace boca arriba uno que cayó de bruces muchas veces en la vida- Anónimo
* Perdone, señora, que no me levante (epitafio de Groucho Marx)
* ¡ A que vuelvo ! - Franco
* ¡ Por Dios ¡ Cuanto polvo - Señora de la limpieza
* ¡ TÚ QUÉ MIRAS ! Yo fui lo que tú eres y tú serás lo que yo soy - Para la gente con caracter
* ¡¡Por fin vacaciones!! - para los currantes
* ¡Oh! ¡Qué pena! ¡Ahora que empezaba a divertirme! -- Un aburrido
* ¡UF! Ya me empiezo a aburrir (epitafio de F. Groisset)
* A los 9 días, cansado de vivir ha subido al cielo Pepín (epitafio de un cement. de Avila)
* A mi marido, fallecido después de un año de matrimonio. Su esposa con profundo agradecimiento (en un cementerio de Guadalajara)
* Al morir échenme a los lobos, ya estoy acostumbrado. (Diógenes)
* Aquí reposa, en su vida no ha hecho otra cosa (cementerio español,de la esposa al marido)
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Todo lo anterior son epitafios, que no es lo mismo que frases postumas, claro. De los primeros, hay verdaderas perlas. Como aquel poeta romántico y tuberculoso, quien pidió a sus amigos que pusieran en su tumba: "Ya no tose". No le hicieron caso, y pienso que le hicieron una faena. Hay que cumplir este tipo de peticiones. Yo misma, he dicho varias veces a mis allegados que me podrían poner: "Se ha ido a pedir una explicación".
Las frases póstumas, sin embargo, son más espontáneas. No han sido ensayadas, y la gente al morirse suele decir lo que piensa. Como Goethe, que gritaba:"¡Luz, más luz!". La gente cree que era porque se estaba quedando ciego, pero yo siempre he pensado que veía esa famosa luz al final del túnel...o la estoica de aquel bandolero, al que llevaban a la horca en lunes, y que por ir maniatado cayó de narices y se limitó a decir: "Mal empieza la semana". O la del Che, que cuando entró en la habitación en la que estaba preso, con órdenes de matarlo, un soldado boliviano tembloroso y con el fusil en ristre; le dijo: "No tengas miedo, que sólo vas a matar a un hombre..."
Pancho Villa siempre había dicho que él quería al morirse pronunciar una frase lapidaria que le permitiese pasar por ella a la historia (de todas maneras iba a pasar, pero, no se por qué, tenía mucho interés en esto de soltar una parida póstuma...). Pues como no se la había ensayado, al diñarla se cabreó mucho y dijo: -"¡Maldición!...¡Es que no se me ocurre nada...!!!". Lo cual no estuvo mal tampoco. Espontánea sí fué.
Yo he tenido la desgracia o la suerte de ver morir a mi familia más allegada. Y cada uno dijo lo que tenía que decir, conforme a su manera de ser. Mi padre, que era buen creyente, dijo:"-¡Dios mío, ayúdame!". Lo cual está pero que muy bien. Mi abuela murió con el nombre de su adorado Albert (mi abuelo)en los labios,que la dejó viuda cuando ella sólo tenía 29 años, y a quien adoró toda su vida. Fué su único y gran amor. Y mi madre se dirigió a mí y me dijo:"-¡Cuida de Bito!!!", que era un perro peludo recogido de un refugio, muy salado, que teníamos. Por supuesto, lo hice.
Pero la cosa trajo su cola. Yo estaba hablando algun tiempo después de esto con una señora conocida de mi madre, y le conté como había sido su muerte, y sus últimas palabras, que a mí me parecían de lo más normal. Y la señora me dijo:
-"¡Oh, qué emocionante...!!¡¡Acordarse de tu padre en sus últimos instantes!!!"
Yo me quedé un poco parada, porque no entendía lo que me estaba diciendo, pero enseguida reaccioné:
-"¡No!-le respondí.-"¡Si el Bito era el perro!!!"
Bueno, la cara de aquella señora era un poema. Y a mí me entró una risa loca. Pero como sé reírme por dentro, no se notó. Y la señora, consternada.
A veces la vida es bastante divertida.

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