jueves, 8 de septiembre de 2011

Ayayayyyyy


Anteayer estaba yo dispuesta a salir a la calle para hacer unos recados, y cuando me incliné sobre la cama para coger el bolso, me quedé doblada y no me podía enderezar. De pronto me asusté, porque nunca me había pasado aquello, pero Paco me dijo que era un ataque de lumbago. Como pude fuimos a Centro Médico de al lado, quienes me recetaron una caja de inyecciones, que ya me están poniendo, y que me hacen efecto. Hoy, dos días después, ya casi estoy bien del todo. Hay gente que tiene miedo a ir al médico cuando se encuentra mal, y prefiere sufrir, pero yo pienso que cuando se está mal es mejor hacerlo enseguida, a menos que a un@ le duela la barriga porque el día antes haya tenido una indigestión, o cosa que ya se vea de qué es.
Pero también quiero hacer constar, que, aunque me dolía mucho, no era más que un dolor físico fuerte, y lo que se dice sufrir no sufrí nada. Lo que de veras es terrible es el sufrimiento de una depresión fuerte, o de un ataque de angustia como los que tenía yo.Eso no se puede aguantar.

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