martes, 11 de octubre de 2011
Las lenguas de doble filo...
Desde chica he oído un chisme que no sé si es verdad o no. Todo (o casi) el mundo sabe que a la Duquesa de Alba le chiflan los toreros. Y que su afición a estos señores la ha heredado su hija Eugenia. Pues bueno, la cosa viene de muy viejo, porque la madre de la duquesa tenía fama de ser algo ligera de cascos,como su hija y su nieta, y también le gustaban los toreros. Y parece ser que tuvo un ligue con un mataó mejicano llamado Gaona (el de la foto), y que la Duquesa de Alba que se acaba de casar podría ser hija suya. No hay más que mirar la cara de india brava que tiene, y cuando era más joven aun más.
Yo ni quito ni pongo, pero es que la cara de Sitting Bull sí que la tiene.
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Fotos de la duquesa en varias etapas de su vida. la del top less es en Ibiza hace más de 30 años, cuando ella tenía 50.
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