miércoles, 14 de diciembre de 2011

El caso de las brujas de Salem

Este fué un caso de brujería que causó impacto. Ocurrió en los EEUU y se han hecho sobre él obras de teatro, películas, novelas, etc.



En Europa, entre 1.300 y 1.600, el fanatismo religioso y la superstición originó una especie de paranoia contra todo aquello que sonase a diabólico o paranormal. Cientos y cientos de supuestas brujas y brujos -en mayor cantidad mujeres- fueron encarcelados, torturados y ejecutados.

En territorio de América del Norte, los reyes ingleses entonces reinantes, Guillermo y María, comenzaron una guerra con Francia en las colonias americanas. Esta guerra, entre otras consecuencias devastadoras, hizo que muchos pobladores del norte se refugiaran en la ciudad de Salem.

La gente desplazada originó una gran presión sobre los recursos de los que disponía la población originaria. Esto hizo que la rivalidad que ya existía entre las familias de la zona costera y las que dependían de la agricultura, se agravase. También la figura del reverendo Samuel Parris, persona odiada por su rigidez y su codicia, contribuyó a la degradada convivencia en la ciudad.

Con este ambiente de fondo, en enero de 1.692, la hija de Parris, Isabel de 9 años, y su sobrina Abigail, de 11, comenzaron a tener “ataques”: gritaban, emitían sonidos extraños, y se contorsionaban violentamente, adoptando las posturas mas inverosímiles. El médico local lanzó su diagnóstico: estaban poseídas por algo diabólico.

El 29 de febrero , y bajo la presión de los jueces, las niñas culparon a tres mujeres de su rara enfermedad: Tituba, la esclava caribeña de Parris; Sarah Good, una mendiga; y a Sarah Osborne, una anciana arruinada.

Las tres mujeres fueron llevadas ante los magistrados locales, e interrogadas durante varios días. Osborne y Good alegaron inocencia. En cambio, Tituba confesó que había pactado con el Diablo junto con otras mujeres que buscaban destruir a los Puritanos. Las tres fueron encarceladas.

Igual que un reguero de pólvora, empezó una larga secuencia de acusaciones en los meses siguientes. Los cargos presentados contra una fiel feligresa, miembro leal de la Iglesia, consternó a la comunidad: “si ella era bruja, cualquiera podría serlo!”. Se llegó incluso a culpar de brujería a una niña de 4 años, y tan sólo porque titubeó ante las preguntas de los jueces.

Todo esta situación se agravó cuando, en abril de ese mismo año, el Vicegobernador y sus ayudantes empezaron a asistir a las audiencias. Docenas de personas de Salem y otras aldeas de Massachusetts fueron interrogadas.

La primera víctima de esta cacería fue Bridget Bishop, una anciana conocida por su tendencia a las habladurías y su vida licenciosa. Cuando el Tribunal le preguntó si había cometido brujería, ella respondió: “Soy más inocente que un recién nacido”. La defensa no debió ser demasiado convincente, y Bishop fue declarada culpable. El lugar donde fue ejecutada en la horca se llama hoy en día Gallows Hill ( la Colina del Ahorcado).

Hubo peticiones por parte de algunas personalidades para que el Tribunal no tuviese en cuenta los testimonios sobre sueños y visiones. Pero éste los ignoró. Entre Julio y Septiembre de 1.692, dieciocho personas fueron condenadas y ahorcadas. Estos hechos fueron denunciado por el presidente de Harvard, que dijo: “Habría sido mejor que diez sospechos hubieran escapado, a que un sólo inocente fuera condenado”.

El Gobernador, a petición de su propia madre y de su esposa, prohibió las detenciones, liberó a muchos de los que estaban presos y disolvió los Tribunales que se encargaban de estos casos. Los reemplazó por una Corte Superior de Justicia, que desestimó las evidencias basadas en sueños y visiones, y sólo condenó a tres de los cincuenta y seis inculpados. También se perdonó a los que estaban encarcelados desde el mes de mayo -esto sucedió en octubre-.

Pero el daño ya estaba hecho: diecinueve ahorcados en Gallows Hill, un anciano de setenta y un años lapidado, y varios muertos durante su estancia en la cárcel. Fueron el total doscientas personas víctimas de esta caza de brujas. Más adelante muchos implicados, de entre ellos jueces, confesaron públicamente su error y su sentimiento de culpa por lo que habían hecho.

En enero de 1.697, la Corte General ordenó un día de ayuno y reflexión en memoria de la tragedia de Salem. En 1.702 se declararon ilegales los juicios, y en 1.711, la colonia aprobó un proyecto de ley que restauraba los derechos y el buen nombre de los acusados, concediendo 600 libras de indemnización a sus herederos. Sin embargo, no fue hasta bien entrado el siglo veinte, concretamente en 1.957, cuando Massachusetts se disculpó formalmente por los sucesos de 1.692.

Se han barajado algunas hipótesis para intentar aclarar qué pasó en Salem, el por qué del comportamiento de la gente. Una de ellas fue expuesta por la psicóloga Linnda Caporael. La causa de los hábitos anormales de los acusados podría ser el cornezuelo, un hongo propio del centeno. Se sabe que que el cornezuelo, al ingerirse, provoca espasmos musculares, vómitos, delirios y alucinaciones. Justamente el centeno era el cereal básico en Salem durante los meses de primavera y verano…

Cornezuelo

En conclusión, una triste historia, producto de la ignorancia y el fanatismo religioso.


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