Una vez, Einstein dijo: “Si las abejas desaparecieran de la superficie del Globo, el hombre tendría sólo cuatro años de vida. No más abejas, no más polinización, no más plantas, no más animales, no más hombres.” Aterrador pero ¿sería ésto posible?…
Aparte de la miel, las abejas aportan muchos beneficios más. Son un componente crucial en la producción mundial de alimentos. Sin las abejas volando de flor en flor, recogiendo néctar, las plantas lo tendrían muy difícil para polinizarse mutuamente.
El néctar se encuentra en el interior de la flor, justo en su base. Las abejas, atraídas por él, se colocan al borde de las flores, y cuando atrapan el néctar, su cuerpo peludo queda impregnado del polen de la planta. A continuación, la abeja deja la flor en busca de la siguiente para seguir recolectando el preciado néctar. De esta manera, la abeja se convierte en un instrumento de polinización natural, y aunque hay otros insectos que también realizan esta tarea, sin duda la abeja es el primero de la lista.
El éxito de la producción de cosechas depende en alto grado de la polinización de las abejas, tanto en Estados Unidos como en Europa. Se sabe que, al menos, hay 400 cultivos en los que la importante función de este insecto es crucial. Esto significa que sin abejas no tendríamos la cantidad de alimentos disponibles de la que gozamos hoy en día. Los cultivos también se utilizan para alimentar al ganado. Y si el sustento del ganado escasea, la ganadería disminuiría a la misma velocidad.
Cuanto más observamos los resultados perjudiciales que podría traer la disminución, e incluso la desaparición de la población de abejas, más nos damos cuenta de su verdadera importancia.
Recientes estudios hablan del fenómeno denominado Colony Collapse Disorder ( CCD ), en español Trastorno de Colapso de Colonias. Es el repentino abandono de las abejas adultas de una colonia. Muchos biólogos creen que un parásito, hongo, virus o insecto, puede ser el responsable de la muerte de las abejas melíferas. Algunos otros investigadores achacan las causas a los cultivos genéticamente modificados, a la radiación de los teléfonos móviles y a los insecticidas.
Este fenómeno viene observándose desde 1896, y entonces se le denominó “dwindling desease“, algo así como “Trastorno de disminución”.
Pero el actual parece ser más grave. Tal vez el calentamiento global, o incluso algunos factores desconocidos relacionados con la actual recesión económica, estén desempeñando un papel importante en la desaparición de las abejas. Estudios más detallados han descubierto que el sistema inmunitario de estos insectos se viene abajo cuando una colonia sufre el CCD.
Mientras se investigan todas la posibles causas, desde los pesticidas hasta la telefonía móvil, ácaros y virus, la población de abejas sigue disminuyendo y aún no hay respuestas claras. Así pues, sólo el tiempo dirá si la teoría de Einstein sobre las abejas llega a convertirse en ley.
No hay comentarios:
Publicar un comentario