viernes, 3 de febrero de 2012
¡Piedad para los animales!
Quiero hacer desde aquí un llamamiento a todo el mundo que tiene animales domésticos -perros, gatos, pájaros...- que los meta dentro de casa estos días tan gélidos.
Hay un dicho ruso, para cuando hace un tiempo horrible (y los rusos de eso saben un rato). Dice que "hace un día -o una noche- en que un buen mujik (campesino) no deja fuera a su perro." Y en Mallorca hay demasiados aniamles a la intemperie, en balcones, en casas de campo, y encima atados con una cuerda y en ocasiones tan corta que no pueden ni acostarse. Muchos mueren de hambre y sed. Y en verano, con el calorazo igual.
El otro día en la prensa local salieron unas fotos terribles: Una de una perrita de un payés (campesino mallorquín), cuyo amo le había sacado los ojos a pedradas y el cuerpo también estaba todo ensangrentado. Una buena señora la encontró en una zanja, con los ojos colgando,y la llevó a un veterinario, que le puso un ojo en su sitio, pero el animal ha quedado ciego. Lo ha adoptado una familia de gente buena y la están sacando adelante, y le han puesto de nombre Cleo.
Otra foto tremenda que ha aparecido en la prensa de Palma,es la de un perro labrador muy joven -apenas un año- que estaba siendo adiestrado por su amo, un cazador ,para que cobrase las piezas. Como en animal no estaba por la labor, hizo lo que acostumbran los cazadores con los perros "inútiles" para ellos, o demasiado viejos. (Para esta gentuza un perro cazador es viejo a las ¡cuatro años!).
Tienen la costumbre de colgarlos de una rama baja, con un alambre para que se les hinque en la carne, y hacer con ellos lo que llaman "la máquina de escribir", tortura en que consiste en colgar al animal de forma que las patas de atrás rocen con la tierra. De esta manera, el animal, que sabe que si no se sostiene por las uñitas acabará ahogándose, va dando patadas pequeñas hasta que está completamente agotado, y muere ahorcado. A vaces organizan fiestas alrededor del animal, tomando carajillos y riendo.Luego se van, dejando al perro "escribiendo a máquina", cosa que les hace mucha gracia, y lo abandonan a su suerte. La muerte es muy cruel y puede tardar varios días en morir, porque ni siquiera les ponen un nudo corredizo, para que duren más.
Esto es una costumbre de siempre de los cazadores, y lo que me da rabia es que la Policía, en Palma, pone muchas multas a dueños de perros por hacer caca o pis fuera de los pipicanes, pero estas barbaridades, como la de la perrita a la que sacaron los ojos, o los perros ahorcados, que se encuentran bastantes paseando por el campo y no es una sorpresa agradable, no las investigan. Sería fácil saber quién es el amo de estos animales, que seguro nunca esperaron un pago así por su cariño a estas malas bestias. (con perdón de las bestias de cuatro patas). Luego ocurre que los turistas se enteran y dicen que somos unos bárbaros, y con razón. En estos casos, como respecto a las corridas de toros, siento vergüenza de ser española.
Y ningún gobierno, sea de derechas o de izquierdas, en Mallorca mueve un dedo para parar estas barbaridades.
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Arriba, foto del perro de un cazador, que apareció en la prensa mallorquina esta semana. Lo ahorcaron porque no sabía cobrar las piezas. No tenía aún un año.
Lo que no entiendo es que alguien pueda tener un animal en su casa tanto tiempo y no quererlo en absoluto. Como los galgos viejos, usados para cazar también, que cuando ya tienen "una edad", si han sido muy buenos y han cobrado las piezas " a gusto del amo", reciben un escopetazo en la cabeza. Pero si no han sido nada extraordinario, tienen "derecho" al tormento de "la máquina de escribir".
Precioso.
¿HASTA CUANDO?
Que gusto leer a gente como tu que no se quedan con los brazos cruzados ante la injusticia. Saludos desde Puebla México
ResponderEliminarGracias, pero yo bien poco puedo hacer. Solo denunciarlo.
ResponderEliminarPero en España cada vez hay menos afición a los toros, la juventud pasa de ese tipo de fiestas, y se han suprimido muchas barbaridades que se hacían en los pueblos. Pero hay aún muchas, como el Toro de la Vega, en Tordesillas.
Cada vez hay más jóvenes que protestan con pancartas delante de las plazas de toros y en los pueblos donde se cometen atrocidades.