¡Madre míaaaaaaaaaa!!!!!!!!!

Un señor que gana 9 millones de euros cree imprescindible que España haga "sacrificios"


Se me cae la cara de vergüenza por haber nacido en este país.

No puedo mirarme al espejo sin sonrojo ni olvidar que fui engendrado en una nación que mantiene, en su más alta institución, a una persona que, desde un mero cargo ornamental sin capacidad ejecutiva alguna y con una vergonzante -por lo disparatada- remuneración de casi nueve millones de euros anuales, se permite el lujo (al que tan acostumbrado está) de restregarnos por la cara que los españoles "deberemos sacrificarnos"... Palabras que pronunció, por cierto, mientras llenaba el estómago, a costa de nuestros impuestos, en uno de esos frecuentes "almuerzos institucionales" a los que tan aficionada es nuestra insultante casta política.

No me cansaré jamás de repetir que este don Juan Carlos es el peor rey que pudiéramos tener.

Un señor que jamás ha hecho nada de nada... Sus felpúdicos lacayos nos lamen continuamente con la pertinaz cantinela de que "nos trajo la democracia"... ¿Qué se pensaban...? ¿Que no era lo suficientemente inteligente como para saber que, si mantenía un régimen dictotarial -como lo mantuvo de facto entre 1975 y 1978, en la tan acallada "dictadura de don Juan Carlos"-, no hubiera durado ni tres suspiros en una Europa que entreabría sus puertas al siglo XXI?

Un señor que lo único que permitió en su momento es que un grupúsculo de ignorantes políticos diseñasen una esquizoide Constitución que subdividia a España, en la praxis, en 17 miniestados, a cuál más paleto...

Un señor que dio la cara en la pantomima del Golpe del 23 F, a la 1:30 de la madrugada -cuando sabía que sólo una capitanía general era la que, finalmente, se le había puesto farruquita-, en lugar de enfrentarse abiertamente al mismo ante las cámaras desde los primeros instantes de la risible y chusquera pantomima guardiacivilista...

Un señor que jamás ha mediado útilmente en los múltiples encontronazos institucionales que, en los últimos años, se han repetido entre los poderes ejecutivo y judicial...

Un señor que, a pesar de la inacción anteriormente descrita, se permite el lujo de cobrarnos obligatoriamente nueve millones de eurazos para su real manutención, dejando aparte -por supuesto- el gasto adicional de mantenimiento de los reales palacios donde habite (jardineros, servicio, mayordomías, ejércitos de chóferes y mecánicos..., todos ellos dependientes del presupuesto de Patrimonio Nacional), de seguridad (personal dependiente de los ministerios del Interior y de Defensa) y de viajes institucionales (presupuesto dependiente del ministerio de Exteriores).

Un señor -en definitiva- que nos cuesta como 100 Zapateros, todos juntitos y bien revueltos...

Auténtica vergüenza me produce este país de lacayos y serviles que, aunque se estén muriendo de hambre, aunque hayan perdido sus trabajos, aunque les hayan expropiado sus casas, no dejan de repetir "qué Rey tan bonito tenemos, qué prestancia ostenta, qué buenazo y qué sencillo es..."

¡Parad esta España, que me bajo de ella!