domingo, 21 de octubre de 2012

Chistes argentinos

Casi gana la lotería

Una mujer quería comprar un número de lotería, pero estaba indecisa sobre qué números escoger, así que va donde el joven vendedor y le pregunta:
- Mire, quiero jugar a la Lotería, pero la verdad es que no sé cómo escoger los 5 números, a lo mejor usted me puede ayudar?
- Claro, como no - responde el joven y a la vez le pregunta:
- Por ejemplo, dígame. ¿Cuántas veces ha salido usted del país?
- Cuatro veces.
- Perfecto, ese es su primer número, el 4. Ahora dígame ¿Cuántos hijos tiene?
- 2 hijos.
- Ok, ese es su segundo número. ¿Y cuántos libros ha leído este año?
- 5 libros.
El joven anota.
- Ahora cuénteme, ¿Cuántas veces al mes hace el amor con su marido?
- Oiga pero, eso es muy personal, ¿no cree?
- Bueno, ¿quiere o no ganar la lotería?
- Bueno bueno,... 2 veces al mes.
- Ok. Y ahora que ya entramos en confianza, dígame:
¿Cuántas veces en su vida le ha puesto los cuernos a su marido?
- Perdone joven, pero sepa que... ¡Yo no soy de esas mujeres sueltas...!
- Está bien, está bien, no se enoje - le dice el joven - Eso quiere decir que cero veces. Ya lo tengo, su número es el: 4 2 5 2 0

Efectivamente la mujer compra la serie completa y al día siguiente lo primero que hace es mirar el periódico y encuentra que el número ganador del premio es el: 4 2 5 2 7 y grita: ¡Eso me pasa por mentirosa!
 


Pasajero

Un pasajero le toca el hombro al taxista para hacerle una pregunta.
El taxista grita, pierde el control del coche, casi choca con un camión, se sube a la acera y se mete en un escaparate haciendo pedazos los vidrios.
Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el taxista dice:
- Mire amigo, jamás haga eso otra vez!!!. Casi me muero del susto!!!!.
El pasajero le pide disculpas y le dice:
- No pensé que fuera a asustarse tanto si le tocaba el hombro.
El taxista le dice:
- Lo que pasa es que es mi primer día de trabajo como
taxista.
- ¿Y qué hacía antes?.
- Fui chofer de carroza funeraria durante 25 años.-



El lorito

Una Señora quería comprar un loro. Va a la tienda de mascotas, y el joven que la atiende, le comenta que sólo tiene un loro, pero que éste había pertenecido a una señora, que tenía un BURDEL, por lo cual su vocabulario, no era del mejor, sino lo contrario, era altamente insolente.
A la señora no le importó, y dijo que lo educaría nuevamente.
Llega a su casa y destapa la jaula, y el loro comienza: 'Nueva casa, nueva madame'.
La señora suelta una carcajada, y espera ansiosa a que sus hijas lleguen de la escuela.
Llegan las chicas y el loro al verlas dice:
'Nueva casa, nueva madame, nuevas prostitutas"
Las hijas no pueden contener la risa y esperan a que su padre, llegue para que vea al loro.
Llega el papá a la hora de la comida y el Loro dice:
'Nueva casa, nueva madame, nuevas prostitutas, pero los mismos clientes... ¡Hola Evaristo!'
 


Los enfermos no mienten

Se encuentra el paciente tendido en la cama. En la misma habitación están su médico, abogado, esposa e hijos. Todos ellos esperando el suspiro final, cuando de repente el paciente se sienta, mira a su alrededor y dice:
-Asesinos, ladrones, mal agradecidos y sinvergüenzas.

Se vuelve a acostar y entonces, el doctor, confundido, dice:
-Yo creo que está mejorando.
-¿Por qué lo dice, doctor?, pregunta la esposa.
-Porque nos ha reconocido a todos
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